miércoles, 7 de agosto de 2013

Video: Amena Abed AlFatah Abed Rabo, una vida bajo la ocupación sionista


El viernes 2 de agosto, Amena Abed AlFatah Abed Rabo falleció en Hebrón. Ella tenía 71 años y sufrió un derrame cerebral. Sin embargo, Amena todavía podría haber estado con nosotros, si el ejército israelí hubiera dejado a la ambulancia cruzar los muchos puestos de control.
El viaje hasta el hospital, que debería haber tardado tres minutos se prolongó por más de una hora y media debido a las restricciones y el acoso de las fuerzas de ocupación israelíes. Amena murió en la ambulancia antes de poder recibir la atención adecuada. Este incidente fue sólo la última de las muchas injusticias que marcaron la vida de Amena desde la edad de siete años.
Amena Abed AlFatah Abed Rabo era originaria del barrio de Khema en Ramle en el actual Israel. Tenía siete años cuando estalló la guerra en 1948. Su familia fue expulsada por la fuerza de sus hogares a raíz de la creación del Estado de Israel. En el caos que siguió, Amena se separó de su familia. En un momento queda ciega de un ojo, lo que significó que ella se desorientara fácilmente. En su angustia se cayó y perdió la vista de su ojo bueno, dejándola completamente ciega. Amena pasó un mes viviendo desamparada, antes de que un amigo de la familia la reconociera en la calle, pudiendo reunirse así con su madre, padre y sus tres hermanos.
Reunificada, la familia huyó a la ciudad de Hebrón, en Cisjordania en un intento de empezar una nueva vida. A la familia nunca se le le ofreció ningún tipo de indemnización ni por la casa ni por el terreno de su propiedad y al llegar a Hebrón, pasaron tres años viviendo debajo de un árbol. Convirtiéndose así en una más de las muchas familias refugiadas no reconocidas dentro de Palestina.
En 1951 el hermano de Amena consiguió ahorrar el suficiente dinero para comprar una casa familiar, en la que vivió el resto de su vida. Durante un período la vida de Amena fue relativamente tranquila en Hebrón, pero esto cambió tras el estallido de la primera Intifada en 1987. En ese momento, las fuerzas de ocupación israelíes en Cisjordania construyeron barricadas en toda la ciudad de Hebrón, haciendo imposible para los palestinos trasladarse dentro de la ciudad. Para Amena esto significó que ya no podía salir de su hogar. Debido a su invalidez necesitaba trasladarse en coche y esto ya no se les permitía a los palestinos.
Estos bloqueos se mantienen intactos hoy y son parte de la razón de que Amena no llegara a tiempo al hospital. Durante los últimos años de su vida Amena vivió con la familia de su sobrino, conformada por diez personas, en lo que hoy es la zona H2 controlada por Israel en Hebrón. Cinco días antes de su muerte, su sobrino la llevó al hospital, donde pasó tres días. Cuando estuvo un poco mejor los médicos le permitieron volver a casa. Pero al día siguiente Amena sufrió un derrame cerebral. La familia llamó inmediatamente a una ambulancia. Como no se había presentado después de treinta minutos la familia llamó una vez más. Se les dijo que la ambulancia había salido a tiempo, pero se había retrasado en el puesto de control. Los soldados que custodiaban el puesto de control no los dejaba pasar sin un permiso por escrito, a pesar de que las ambulancias de la Media Luna Roja deben ser capaces de pasar libremente sin cuestionamiento. Después de otra media hora el personal de ambulancias se las arregló para convencer a los soldados israelíes para que los dejara cruzar el puesto de control, pero sólo hasta el próximo obstáculo. Esto significó que la familia tuvo que llevar a Amena de su casa a la barricada. Este camino es rocoso y montañoso y le llevó a la familia otros treinta minutos para llegar allí. Por último en la ambulancia fueron nuevamente detenidos en el mismo puesto de control que la ambulancia había sido retenida anteriormente, esta vez por quince minutos más. Con todo esto, el viaje al hospital fue retrasado por aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos. Este viaje, de la casa de la familia al cercano hospital de Al Khalil, habría tardado tres minutos si se hubiera respetado el protocolo.
Al llegar los médicos del hospital se dieron cuenta rápidamente de que la condición de Amena era tan crítica que tuvieron que trasladarla a un hospital con más experiencia. Este hospital, Al Ahlil, está a sólo siete minutos, pero Amena murió en el camino.
Durante el último par de días, la familia de Amena ha celebrado su funeral, pero el dolor está todavía con ellos. Su sobrino, Rami Abed AlFatah Hamdan, un estudiante de derechos humanos, está considerando presentar una queja con la esperanza de que esto no vuelva a ocurrirle a otra familia en el futuro. Como él dice, tener acceso sin restricciones a las ambulancias es nuestro derecho, un derecho que debe aplicarse en Hebrón. Siente que ya no tiene nada que perder, y este incidente sólo ha confirmado su decisión de trabajar por los derechos humanos. Cuando se le preguntó si los soldados han expresado alguna culpa, simplemente sonríe con tristeza y dijo: "Si ellos sintieran culpa, nunca hubieran detenido a la ambulancia".
Lamentablemente, esto no es un incidente aislado. Ambulancias en la zona de Hebrón son a menudo retenidas y hostigadas al tratar de llegar a los pacientes. Como un ejemplo, en el año 2008 una mujer dio a luz en un punto de control y el mismo año, un hombre murió sin recibir atención médica. Tampoco es inusual la historia de Amena Abed AlFatah Abed Rabo como condición de refugiada dentro de Palestina. A pesar de las conversaciones de paz en Ramallah, Israel continúa con su plan para demoler 30.000 a 40.000 viviendas beduinas como se describe en el Plan de Prawer y acaba de aprobar 1.000 nuevos asentamientos en Cisjordania. Historias como la de Amena son un síntoma del intento sistemático de las fuerzas de ocupación israelíes para expulsar a los palestinos de sus hogares y hacerles la vida lo más difícil posible. Según los analistas esto es parte de una política de limpieza étnica con el objetivo de expulsar a todos los palestinos y a los beduinos árabes de Palestina.
El reconocido investigador internacionalmente y escritor, Ilan Pappe, describe esta situación en su libro "La limpieza étnica de Palestina", y en una entrevista con el ISM:
"Pero entonces miré el sitio web del Departamento de Estado estadounidense sobre la limpieza étnica y la descripción de lo que es limpieza étnica encajaba muy bien con lo que fue y que está pasando en Palestina. Esta descripción no sólo define un acto de expulsión, sino también sus "implicaciones jurídicas, lo que en este caso concreto, es un crimen contra la humanidad. También dice muy claramente que la única manera de compensar una limpieza étnica es consultar a las personas que fueron expulsados si quieren volver o no".

Ver: Interview with Ilan Pappé: “The Zionist goal from the very beginning was to have as much of Palestine as possible with as few Palestinians in it as possible”

Ver entrevista en español: Historiador Israelí: 'El objetivo sionista desde el principio era tener tanto como fuera posible de Palestina'

Ver vídeo del traslado de Amena Abed AlFatah Abed Rabo


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