Es increíble, según The Economist, que Arabia Saudita pueda mostrar coraje y magnanimidad. En cinco años de guerra devastadora, este país ha destruido toda la infraestructura de Yemen y ha matado a más de cien mil civiles.
El 8 de abril, la coalición de agresión saudita anunció que declararía un alto el fuego de dos semanas en Yemen alegando aliviar el sufrimiento del pueblo yemení en el contexto de la propagación del coronavirus.
Dos días después de que Arabia Saudita declaró un alto el fuego que violó de inmediato, Yemen, el país más pobre de la región, anunció el primer caso de coronavirus. Algunos dicen que Arabia Saudita es responsable porque ha bombardeado deliberadamente hospitales, hogares y escuelas a lo largo de los años.
Las razones principales por las que Arabia Saudita anunció este alto el fuego es, según The Economist , el cambio en las ecuaciones de guerra y la pérdida de las cartas ganadoras de Riad. A pesar de sus repetidos ataques aéreos, los sauditas no pudieron derrotar a Ansarallah y expulsarlo de su cuartel general en Sanaa.
Los Emiratos Árabes Unidos, el principal aliado de Arabia Saudita, comenzaron el año pasado a reducir su participación en la guerra en Yemen.
Después de eso, Arabia Saudita redujo sus ataques aéreos en aproximadamente un 90% en comparación con 2015. En los últimos meses, los sauditas han entablado conversaciones secretas con Ansarallah. Después de que sus intentos de traer de vuelta al presidente renunciante yemení Abd Rabbu Mansour Hadi a Sanaa hayan sido infructuosos, Arabia Saudita ha decidido reducir sus ataques con misiles contra Yemen.
El analista yemení Abdul Ghani al-Aryani cree que los sauditas quieren salir de la guerra y que el coronavirus es, por lo tanto, un buen pretexto.
"La intervención militar saudita en Yemen comenzó como un proyecto arrogante para el príncipe heredero saudí, Mohammed Ben Salmane, pero los combatientes de Ansarallah se han resistido y actualmente el príncipe heredero se está estancando", informa el periódico.
Los ataques con misiles de Ansarallah contra las instalaciones petroleras sauditas han desafiado la reputación y la estabilidad de Arabia Saudita. Ella quiere organizar la cumbre del G20, por lo que Ben Salmane tiene la intención de rodear a Ansarallah de la misma manera que el régimen israelí rodeó a Hamas en Gaza.
Sin embargo, Ansarallah ha reconocido la frustración del Príncipe Heredero de Arabia Saudita al lograr sus objetivos en Yemen y, por lo tanto, tiene la intención de alcanzar una transacción y un acuerdo apropiados y fructíferos.
Con este fin, los yemeníes presentaron su plan especial para la paz y pidieron a los sauditas que primero levantaran el bloqueo aéreo y terrestre impuesto a Yemen, luego pagaran una indemnización a Yemen y reconocieran al gobierno de Sanaa. como el gobierno legítimo de Yemen.
Ansarallah ha prometido a Arabia Saudita un gran ataque si no acepta estas condiciones. Los analistas dicen que los combatientes de Ansarallah están planeando un ataque contra Najran.
Los yemeníes están avanzando en las áreas fronterizas de Arabia Saudita: han tomado el control de la ciudad de al-Jawf y han hecho avances considerables en las áreas alrededor de Marib.
Mientras tanto, Mansour Hadi se vio obligado a mover algunas de sus fuerzas de norte a sur para contrarrestar las fuerzas apoyadas por Arabia Saudita y, por supuesto, estos mercenarios temen que Arabia Saudita retire sus fuerzas de Yemen.
Por lo tanto, muchas tribus decidieron, como las tribus de al-Jawf, entablar negociaciones con Ansarallah y permitirles entrar.
Más importante aún, el coronavirus se está extendiendo y la guerra de cinco años en Yemen ha destruido una gran parte de los hospitales y la infraestructura de salud del país.
