viernes, 31 de mayo de 2013

Fosas comunes de palestinos muertos en la Nakba de 1948 descubierto en Jaffa

Seis fosas comunes que datan del levantamiento palestino 1936 y la Nakba de 1948 fueron descubiertos alrededor del cementerio de Jaffa, la Fundación Al-Aqsa para la Dotación y Patrimonio informó el miércoles, revelando cientos de cadáveres de palestinos muertos por las fuerzas sionistas.
"Durante la reparación [la fundación] y el trabajo de mantenimiento en el [Kazkhana] cementerio, descubrimos boquillas para cavar en el suelo, donde encontramos las fosas comunes ... incluyendo cientos de esqueletos y restos humanos de los rebeldes, los mártires y los civiles que perdieron la vida durante la la Nakba ", líder del Movimiento Islámico en Jaffa, el jeque Mohammed Najem, dijo en el informe .
Una imagen de la Fundación al-Aqsa muestra esqueletos enterrados en una fosa común.
La fundación ha demostrado la fecha restos de vuelta a las víctimas que murieron en la guerra de 1948, ya partir de los atentados y bombardeos de zonas residenciales o francotiradores ubicados alrededor de la ciudad, según el informe.
"El Kazkhana cementerio ha expuesto los hechos históricos que Israel ha tratado de ocultar y borrar de más de 65 años en relación con las masacres cometidas por bandas sionistas durante la Nakba palestina de 1948," decía.
"Estas fosas comunes han desterrado todas las dudas de la certeza de las historias orales recogidas por los historiadores de las personas que vivieron la Nakba de 1948 y parte de la guerra documentar masacres en Jaffa y sus alrededores", agregó el informe.
Algunas de las historias grabadas documento testigos presenciar montones de cuerpos esparcidos alrededor en todos los barrios de Jaffa, que fueron enterrados en fosas comunes, debido a las circunstancias violentas en el momento.
El informe comparte relato de un testigo que explica cómo se obligó a los residentes de Jaffa para mover los cuerpos al cementerio y enterrarlos en fosas comunes ya que la ciudad estaba siendo intensamente bombardeada por las fuerzas sionistas.
"La fundación seguirá realizando investigaciones y probar científicamente los restos ... para enviar mensajes de los medios de todo el mundo que Israel se basa en los cráneos del pueblo palestino", Abed al-Majid Ighbariya, el jefe de los archivos de santa sitios de la fundación, dijo.
La Nakba o "catástrofe", se refiere a la expropiación y la expulsión masiva de palestinos de sus tierras por los sionistas.
(Al-Akhbar)

miércoles, 29 de mayo de 2013

A 65 años de al-Nakba, dos reflexiones pos-sionistas desde el presente


Por qué Palestina es diferente

Sam Bahour *
Publicado en Mondoweiss, 25/5/2013
Traducción: María Landi
 
 
 
Sam Bahour (foto sin crédito)
Sam Bahour (foto sin crédito)
El Secretario de Estado John Kerry está haciendo un esfuerzo supremo para reanudar las negociaciones de paz entre Israel y Palestina. Muchas personas bien intencionadas y muy inteligentes, de todo el mundo, se han involucrado de muchas maneras en la cuestión palestino-israelí; más aún, muchas de esas personas tienen experiencia práctica en la resolución de otros conflictos mundiales de larga data, como los de Irlanda, Sudáfrica, o los derechos civiles en Estados Unidos. Aunque siempre hay mucho que aprender de otras experiencias internacionales, el caso de Palestina es diferente, y a menos que Kerry reconozca esto, todos los esfuerzos y los millones de dólares que se han invertido en este conflicto serán en vano, al igual que estas últimas gestiones relámpago de EE.UU.
Hay tres cuestiones cruciales para entender este conflicto, y son: la culpa histórica, la responsabilidad colonial y la “relación especial” de EE.UU. con Israel.
Las actuales potencias mundiales tienen una enorme dosis de culpa histórica, no sólo -como popularmente se cree- por el anti-semitismo que sus antepasados ​​practicaron contra los judíos. Esto fue muy real durante los siglos XIX y XX -y los anteriores también- y fue rampante sobre todo en países blancos y cristianos como Alemania, Polonia, Francia, Austria y sí, también en EE.UU.
Pero estos países también deberían entender su responsabilidad histórica por hacer pagar a los palestinos y palestinas por los crímenes de Europa y EE.UU. Su culpabilidad hacia los judíos ha obnubilado su objetividad y sesgado su capacidad para ver las acciones de Israel como lo que han sido y siguen siendo: crímenes contra la humanidad.
Mucho antes del Holocausto, la ideología política del sionismo trazó el camino hacia la limpieza étnica de los habitantes árabes nativos (musulmanes y cristianos) de Palestina, con el objetivo de crear lo que se definió como “un Estado judío”. Esta colosal injusticia histórica de despojar a la población palestina autóctona ya no es asunto de discusión: incluso los historiadores israelíes han documentado meticulosamente este hecho.
Más aún: muchas de esas mismas potencias mundiales, empezando por EE.UU., nacieron como resultado de una historia colonial que desplazó a poblaciones indígenas. Como tales, estos poderes ven el proyecto sionista muy similar al suyo, y les resulta difícil pedirle cuentas a Israel por temor a que eso pueda volverse un boomerang sobre ellos.
Por lo tanto, en lugar de ver la cuestión palestino-israelí como lo que realmente es: colonialismo en curso, estos poderes prefieren formularlo como un conflicto en el que ambas partes tienen narrativas igualmente válidas y antagónicas, lo que requiere una partición del territorio. Y mientras se mantengan fijos en este paradigma obsoleto de la partición, no podrán ofrecer ninguna explicación de por qué sus gobiernos permitieron que los hechos consumados creados por Israel hayan hecho que hoy esa solución sea inviable.
Desde el titular del New York Times del 14 de mayo de 1948: “LOS SIONISTAS PROCLAMAN EL NUEVO ESTADO DE ISRAEL”, EE.UU. ha tomado partido en este conflicto: armando, financiando, dando cobertura diplomática y planeando política y militarmente con Israel la operación (siempre camuflada de eufemismos) de limpiar étnicamente a Palestina.
Israel trabajó duro para cimentar el apoyo de EE.UU. Los líderes israelíes entendieron muy bien las debilidades inherentes a un sistema político abierto, y por eso no tardaron en crear un lobby pro-Israel que transformó lo que se supone que es un asunto de relaciones exteriores en un tema de política interna de EE.UU. Esa domesticación de la escena política de EE.UU. por parte de Israel -por cortesía de sus apoderados en Washington- está viva y fuerte en la actualidad; no hay más que preguntarle al recién designado Secretario de Defensa Chuck Hagel.
El presidente Barack Obama personifica esta realidad. Durante su reciente viaje a Israel, visitó el Museo del Holocausto para declarar que la existencia y seguridad futuras de Israel como un “estado judío fuerte” garantizarán que nunca habrá otro holocausto.
¿Qué quiso decir? ¿Quiso dar a entender que si Israel dejara de existir como “estado judío” (al igual que otros estados con fundamento racial, como EE.UU. antes de la Guerra Civil o Sudáfrica durante el apartheid) los judíos en Nueva York, Chicago y Los Ángeles serían masacrados?!
Para colmo de males, Obama le hizo un enorme favor a la derecha israelí al salirse del protocolo oficial para ir a colocar una ofrenda floral en la tumba de Theodor Herzl, el fundador de la ideología política sionista.
A través de sus acciones, de forma intencional o no, Obama legitimó el ‘derecho’ a un estado judío en Palestina, ignorando así al pueblo árabe indígena -incluyendo a cristianos, musulmanes e incluso algunos judíos- sobre cuyas ruinas fue construido el Estado de Israel. Los palestinos y palestinas todavía están luchando por sobrevivir de cara a una campaña de limpieza étnica que comenzó hace más de 65 años y todavía sigue en curso.
En efecto, Palestina es diferente, realmente diferente. Todavía está pendiente abordar con seriedad una cuestión mucho más básica y relevante que la partición artificial del territorio: ¿Israel va a ser un Estado para todos sus ciudadanos -judíos y no judíos- o no? La respuesta a esta pregunta apunta al centro del proyecto racial sionista y abre el camino hacia una reconciliación histórica, y hacia el regreso de las y los refugiados palestinos a lo que hoy se llama Israel.
* Sam Bahour es un consultor de negocios palestino-estadounidense nacido en Youngstown, Ohio, que vive en la ciudad palestina de Al-Bireh, en Cisjordania. Con frecuencia ofrece comentarios independientes sobre Palestina y es asesor político de Al-Shabaka. Es co-autor de HOMELAND: Oral Histories of Palestine and Palestinians (1994). Su blog: ​​www.epalestine.com.
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Repensando Israel-Palestina: más allá de bantustanes y reservaciones

Una solución justa al conflicto –ya sea que resulte en un estado o en dos- tendría que desmantelar las instituciones que privilegien a cualquier grupo étnico, religioso o nacional.
Noura Erakat *
 Publicado en The Nation, 21/3/ 2013 
Traducción: María Landi 
 Tomado de: http://mariaenpalestina.wordpress.com

martes, 28 de mayo de 2013

Abbas: la Situación en Palestina es Insoportable

La situación actual en Palestina es insoportable; el tiempo para la solución de los dos estados se agota, afirmó el presidente Mahmud Abbas, citado ayer por medios oficiales.
El mandatario especificó que la construcción de asentamientos (para colonos sionistas) en la Cisjordania, la modificación de la identidad árabe de Jerusalén y las olas de arrestos por las tropas ocupantes cerrarán la puerta a la solución, dijo el mandatario palestino ante el Foro Económico Mundial (FEM), acorde con la agencia oficial WAFA.
Asimismo Abbas subrayó que la nueva generación de palestinos está perdiendo la confianza en la coexistencia de los dos estados, acorde con la fuente.
Abbas rechazó la posibilidad de establecer fronteras temporales y ha dejado claro que las condiciones para el reinicio de las negociaciones son el cese de las confiscaciones de tierras palestinas en Cisjordania, la salida de los colonos israelíes de Jerusalén Este y la liberación de los presos palestinos que se hallan en cárceles israelíes.

Fuente: http://www.almanar.com.lb

viernes, 24 de mayo de 2013

Yasir Arafat: Biografias;




Arafat, Yasir

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jueves, 23 de mayo de 2013

Gazatíes arriesgan la vida por emigrar


Por Mel  Frykberg


Los palestinos son cada vez más dependientes de la ayuda internacional. Crédito: Eva Bartlett/IPS
Los palestinos son cada vez más dependientes de la ayuda internacional. Crédito: Eva Bartlett/IPS
RAMALAH, 23 may 2013 (IPS) - El severo bloqueo de Israel a la franja de Gaza está llevando a muchos jóvenes palestinos desempleados a adoptar medidas cada vez más extremas para obtener un medio de sustento.
En busca de trabajo, algunos intentan ingresar a Israel saltando la valla que separa a ese país de Gaza. Los pocos que procuran plantar la tierra cercana a la cerca reciben disparos de los soldados israelíes al otro lado de la frontera.
Otros tratan de emigrar a Egipto a través de túneles subterráneos, pero muchos mueren cuando estos colapsan.
Un acuerdo entre Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) y la israelí COGAT (Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios, por sus siglas en inglés) permite a los gazatíes acceder a la mayor parte de la tierra arable en la llamada “zona de amortiguación”.
Ese límite, creado por Israel y que impide a los gazatíes acercarse a 300 metros de la frontera, se redujo a 100 metros gracias a este convenio.
La zona de amortiguación abarca a algunas de las tierras más fértiles de Gaza, uno de los territorios más densamente poblados en el mundo, con más de 1,5 millones de personas en un área de 41 kilómetros de largo y entre seis y 12 de ancho.
Pero, a pesar del acuerdo Hamás-COGAT, “la situación sigue siendo volátil e impredecible, y los agricultores son extremadamente vulnerables”, dijo a IPS el activista Muhammad Suliman, de la organización de derechos humanos gazatí Al Mezan.
“Los palestinos siguen recibiendo disparos y son asesinados cuando están dentro o cerca de la zona de amortiguación”, añadió.
Mientras, marineros palestinos que trabajan dentro de la zona habilitada para la pesca, que el martes 21 fue extendida de tres a seis millas náuticas de la costa, en ocasiones son también atacados o arrestados por las fuerzas israelíes.
Obligados a depender de la ayuda
Aunque la desesperación económica de los residentes en Gaza se ha aliviado en parte por el incremento de la ayuda internacional, el desempleo sigue en alza. La franja se convirtió en uno de los lugares del mundo más dependientes de la asistencia externa.
“Más de 85 por ciento de los gazatíes dependen de la ayuda para sobrevivir, mientras que el desempleo afecta a 55 por ciento” de la población económicamente activa, dijo Suliman.
“La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés) pide donaciones a toda la comunidad internacional para ayudar económicamente a los gazatíes”, dijo Chris Gunnes, portavoz de esa oficina.
“¿No sería mejor que Israel levantara su bloqueo y permitiera que los gazatíes fueran autosuficientes?”, añadió.
“A menos que se levante el bloqueo y se permita que algunas de las personas más emprendedoras salgan de Gaza para hacer negocios, el territorio seguirá siendo cada vez más dependiente de la ayuda internacional”, dijo a IPS.
Cada vez más ataques
Según Al Mezan, los ataques contra los pescadores de la franja aumentaron, paradójicamente, desde que Hamás e Israel acordaron un cese del fuego en noviembre.
En la primera semana de este mes, Israel hundió seis barcos palestinos, dañó nueve generadores de energía y 41 faroles usados por los pescadores al faenar de noche. En total hubo 13 incidentes separados de ataques contra embarcaciones palestinas.
Al Mezan señaló que en la tercera semana de mayo israelíes dispararon con metralletas contra un grupo de barcos pesqueros cuando se encontraban cerca de la costa Beit Lahiya, en el norte de la franja.
Los israelíes arrestaron a dos hombres, Mahmoud Zayid, de 27 años, y su hermano Khalid, de 25, que iban en una pequeña embarcación dentro de la zona permitida para la pesca y a apenas tres millas náuticas de la costa.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios subraya que, según los Acuerdos de Oslo, de 1993, los pescadores palestinos pueden navegar a hasta 20 millas náuticas de la costa.
Desde que Israel impuso el bloqueo en 2006, el área se redujo a seis millas náuticas, con un efecto devastador. Ese año se capturaron 2.500 toneladas de sardinas, mientras que en 2012 se obtuvieron apenas 234 toneladas.
Según la organización internacional Oxfam, las restricciones económicas impuestas por Israel están llevando a los gazatíes a arriesgar sus vidas saltando la valla fronteriza para cruzar a Israel en busca de trabajo, o atravesando los quebradizos túneles que llevan a Egipto.
En un informe que realizó en colaboración con Oxfam, el grupo Al Mezan señaló que, el año pasado, 101 palestinos intentaron cruzar la valla que separa Gaza de Israel, 53 de los cuales eran menores de 18 años. También en 2012, 18 palestinos murieron y 26 resultaron heridos cuando pretendían atravesar los túneles que van a Egipto.
El año pasado, el pescador Mahmoud y dos de sus amigos intentaron saltar la valla. Sus amigos murieron por disparos israelíes, pero él pudo escapar con una herida de bala en una pierna.
El joven había perdido su empleo de tiempo parcial en un café, donde ganaba cuatro dólares al día. Desesperado por obtener un trabajo que le permitiera mantener a su familia, se arriesgó a emigrar a Israel.
Noventa palestinos, incluyendo a 11 niños y tres mujeres, murieron en la zona de amortiguación en los últimos tres años y, como apuntó Suliman, “si bien algunos de estos eran combatientes… la mayoría eran civiles”.

65 años de al-Nakba



Ya sabemos que el holocausto palestino no tiene buena prensa, en comparación con el judío. A nadie le sorprende, por lo tanto, que este 65º aniversario haya pasado casi (o del todo) desapercibido en los medios occidentales.  Por contraste, en el campo de la solidaridad abundaron, como de costumbre, infinidad de análisis, relatos, testimonios, recreaciones gráficas, nuevos datos descubiertos, conmemoraciones, etc. etc.
El énfasis de estos ejercicios de memoria está en reiterar que la nakba no es solamente un hecho del pasado, sino que el proceso de limpieza étnica de Palestina continúa ejecutándose día tras día, en el presente, como desarrollo del proyecto sionista que dio origen al estado judío; porque Israel sólo pudo implantarse y perpetuarse hoy mediante la violencia y el terrorismo de estado, incluyendo la ocupación militar, la colonización territorial y el apartheid jurídico.
Entre las muchas opciones posibles, aquí comparto unos pocos artículos sobre el tema.
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 Diez datos que posiblemente usted no sabía al-Nakba

1. Nakba es una palabra árabe que significa ‘catástrofe’. Se utiliza para describir la pérdida de tierras y propiedades sufrida por la población palestina durante el proceso de expulsión y limpieza étnica de Palestina entre 1947 y 1949, y no se refiere simplemente a la creación del estado de Israel.
2. 212 localidades fueron despobladas, y al menos la mitad de las personas expulsadas durante la Nakba se convirtieron en refugiadas antes del 15 de mayo, es decir, antes de la entrada de los ejércitos de los países árabes. Las mayores ciudades palestinas de la época: Yaffa y Haifa, fueron vaciadas de la gran mayoría de sus habitantes antes del 15 de mayo de 1948. La idea de que la creación de refugiados ocurrió sólo después de la guerra, o como resultado de la movilización de los ejércitos árabes, es evidentemente falsa.
3. En todas las etapas de la guerra, las fuerzas Yishuv /israelíes fueron superiores en entrenamiento,  equipamiento y número de efectivos a todos los ejércitos árabes juntos.
4. Los sionistas recolectaron vasta información de inteligencia sobre los pueblos palestinos durante una década antes de la guerra. La información recogida sobre cada pueblo detallaba el número de habitantes, los recursos existentes en la localidad, los activistas potenciales que residían en ella y sus afiliaciones políticas.
5. De los más de 500 pueblos palestinos limpiados étnicamente durante la Nakba, 303 fueron despoblados como consecuencia de expulsiones directas o de ataques de las fuerzas Yishuv / israelíes.
6. De las aldeas y pueblos despoblados, 81 han sido completamente borrados, lo que significa que no hay ninguna señal detectable de su existencia. En otros 140 pueblos se han identificado escombros. En 60 aldeas se mantienen algunas paredes en pie, mientras que en otras 74 se han conservado casas intactas, la mayoría hoy ocupadas por israelíes.
7. Golda Meir llegó a un acuerdo secreto con el Rey de Jordania antes de la guerra. A pesar de que la Legión Árabe de Jordania era el más formidable de los ejércitos árabes, y a pesar que la masacre de Deir Yassin desafió dicho acuerdo, las fuerzas jordanas no entraron en el territorio que había sido designado para el Estado judío en el plan de partición de la ONU.
8. Después de vaciar de su población a las ciudades y pueblos palestinos, comenzó el saqueo desenfrenado de bienes personales. Civiles y soldados israelíes participaron en el robo de casas y comercios palestinos abandonados. El historiador israelí Tom Segev señala que sólo de la ciudad de Lydda salieron 1.800 camiones con pertenencias palestinas.
9. Mientras 700-800.000 palestinas/os se convirtieron en refugiadas/os y el estado de Israel no les permitió regresar, unas 150.000 personas permanecieron dentro de Israel, y muchas se convirtieron en desplazadas internas que perdieron sus propiedades y fueron sometidas a leyes militares hasta 1966, y a varias leyes discriminatorias desde entonces.
10. Isaac Rabin, que fue oficial durante la guerra de 1948, incluyó en sus memorias una descripción de las órdenes para expulsar por la fuerza a decenas de miles de civiles palestinas/os. El Estado de Israel impidió que esta descripción se incluyera cuando se publicaron sus memorias. El pasaje censurado fue publicado en 1996 en el apéndice de la versión en inglés, después de la muerte de Rabin. Pero no está claro si se ha permitido incluir el fragmento en el texto mismo de las memorias o en versiones publicadas en hebreo, o en Israel.
Fuente: Yousef, The Jerusalem Fund, 14/5/2013
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Al conmemorar el 65º aniversario de al-Nakba, diez citas para recordar

  La semana pasada, las y los palestinos conmemoraron el 65º aniversario de Al-Nakba, o “El Día de la Catástrofe”, cuando fueron expulsados ​​por la fuerza de sus tierras para dar paso al Estado de Israel. En medio de la celebración de su propia fundación por parte de Israel, y la insistencia de los extremistas pro-Israel en que los palestinos no son dignos de su propio estado, he aquí 10 citas sionistas que nunca deberían ser olvidadas.
1. “Tendremos que mantener a la población pobre [árabe] fuera de nuestras fronteras…  negándoles cualquier empleo en nuestro país.”  Theodore Herzl
2. “Tanto el proceso de expropiación como de expulsión de los pobres deben llevarse a cabo de manera discreta y circunspecta.”  Theodore Herzl (fuente: Thedore Herzl,Diarios completos. 12 de junio, 1895).
3. “Debe quedar claro que no hay lugar en el país para los dos pueblos… Si los árabes se van, el país se volverá amplio y espacioso para nosotros. La única solución es la Tierra de Israel… sin árabes. Aquí no hay lugar para compromisos… No hay otro camino que trasladar a los árabes a los países vecinos; y trasladarlos a todos, excepto tal vez a unos pocos “. Joseph Weitz, director del Fondo Nacional Judío (fuente: Benny Morris, El nacimiento del  problema de los refugiados palestinos. 1947-1949, p. 27).
4. “Debemos hacer todo lo posible para garantizar que [los palestinos] nunca retornen. Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán.” David Ben Gurion, 1948.
5. “Cuando nos hayamos asentado en la tierra, lo único que los árabes podrán hacer al respecto será correr por allí como cucarachas drogadas en una botella.”  Raphael Eitan, jefe del Estado Mayor del ejército israelí, New York Times, abril de 1983 (fuente:Desenmascarando los mitos de la colonización: los árabes y Europa, de Samar Attar).
6. “Un millón de árabes no valen ni una uña judía.” – Rabino Yaacov Perrin, 27 de febrero de 1994.
7. “Todo el mundo tiene que movilizarse: correr y agarrar tantas colinas como se pueda para ampliar los asentamientos, porque todo lo que tomemos ahora permanecerá en nuestras manos, y todo lo que no agarremos quedará para ellos.”  Ariel Sharon, ministro de Relaciones Exteriores israelí, dirigiéndose al partido derechista Tsomet, el 15 de noviembre de 1998.
8. “Destruyan y dañen la infraestructura, los edificios públicos y los del gobierno. Debemos asegurarnos que Hamas tenga que pasar muchos años reconstruyendo Gaza y no pueda atacar a Israel“. Ministro del Interior Eli Yishai, durante la Operación Pilar de Defensa, noviembre de 2012.
9. “El objetivo de la operación es hacer regresar a Gaza a la Edad Media; sólo así Israel estará en calma durante los próximos 40 años.” Ministro del Interior Eli Yishai, durante la Operación Pilar de Defensa, noviembre de 2012.
10. “Tenemos que aplastar a barrios enteros de Gaza. Aplastar toda Gaza. Los estadounidenses no se detuvieron en Hiroshima: como los japoneses no se rendían lo suficientemente rápido, atacaron también Nagasaki. No tiene que haber electricidad en Gaza, ni gasolina, ni vehículos en movimiento: nada. Entonces van a pedir realmente un alto al fuego.” Periodista Gilad Sharon, hijo del ex primer ministro Ariel Sharon, durante la Operación Pilar de Defensa.
Minar Halloor, en Policymic
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Los jóvenes nunca olvidarán

El 15 de mayo de cada año, muchos palestinos recuerdan y mencionan la Nakba, conocida también como la Catástrofe. El evento marca la expulsión de casi un millón de palestinos al tiempo que se procedía a destruir sus pueblos y ciudades. La destrucción de Palestina en 1947-48 se cometió a la par que se imponía el nacimiento de Israel. Las generaciones de edades más avanzadas transmiten los duros y opresivos recuerdos de su experiencia colectiva a los palestinos más jóvenes, muchos de los cuales viven hoy sus propias Nakbas.
Cuando llevan a cabo la cobertura de la Nakba, los medios de comunicación solidarios árabes y de otras nacionalidades ponen música triste y exponen imágenes en blanco y negro de los fatigados y asustados refugiados. Tratan de enfatizar, con razón, el concepto de Sumud, firmeza, cuando muestran a palestinos de todas las edades sosteniendo las llaves oxidadas de sus antiguos hogares e insistiendo en su derecho al retorno. Otros medios menos solidarios se refieren en todo caso a la Nakba como una nota al margen: algo fastidioso en la narrativa israelí del nacimiento, supuestamente milagroso, de una nación y de su progresión hacia un idílico oasis de democracia. Lo que nunca muestran esas representaciones reduccionistas es que, aunque la Nakba tuvo un comienzo, no ha terminado realmente nunca.
Sin embargo, quienes soportaron el dolor, el daño y la pérdida de la Nakba tienen aún pendiente que se haga justicia, la justicia que la comunidad internacional les prometió. La Resolución nº 194 de las Naciones Unidas resuelve que “debe permitirse a los refugiados que deseen regresar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos, que así lo hagan lo antes posible” (Artículo 11). No obstante, quienes provocaron esa injusticia están sin embargo decididos a conseguir sus objetivos finales en Palestina. Después de todo, que Israel no haya definido aún sus fronteras no es algo accidental.
David Ben Gurion, el Primer Ministro de la historia de Israel, quiso profetizar una vez que “los viejos [refugiados] morirán y los jóvenes olvidarán”. Habló con la dureza de un conquistador. Ben Gurion extendió cuanto pudo sus planes de guerra. Capturó todas las regiones de Palestina de las que pudo apoderarse, expulsando a su gente o masacrándola en sus hogares y pueblos. Ben Gurion “limpió” la tierra, pero no consiguió limpiar el pasado de Israel. La memoria persiste.
Ben Gurion hizo mención al pueblo de mi propia familia –Beit Daras-, testigo de tres batallas y una masacre. En una entrada de su diario del 12 de mayo de 1948, escribió: “Beit Daras arrasado por fuego de mortero. 50 árabes (muertos). Los pueblos de Bashit y Sawafir ocupados. Éxodo masivo desde las zonas cercanas (de los pueblos vecinos en Majdal). Tuvimos cinco bajas y quince heridos”. (Diarios de Guerra, 1947-1949).
Más de cincuenta personas murieron ese día en Beit Daras. Una anciana de Gaza, Um Mohammed -de la que hablé en mi último libro “My Father Was a Freedom Fighter”- refiere lo que probablemente sea el mismo suceso:
La ciudad estaba bajo los bombardeos y cercada por todas partes. No había forma de escapar. Los hombres armados [los combatientes de Beit Daras] dijeron que iban a inspeccionar la carretera hacia Isdu para ver si estaba abierta. Avanzaron e hicieron algunos disparos para comprobar si alguien les devolvía el fuego. Nadie lo hizo. Pero ellos [las fuerzas sionistas] estaban escondidos y esperando para hacer una emboscada. Los combatientes volvieron y le dijeron a la gente que evacuara a las mujeres y a los niños. La gente salió, incluida la que se había congregado en mi enorme casa, la casa familiar, en su mayoría muchachos y niños. Los soldados judíos dejaron que la gente saliera y después les masacraron con bombas y ametralladoras. Murieron más personas que las que pudieron huir. Mi hermana y yo… empezamos a correr a través de los campos; caíamos y nos levantábamos. Mi hermana y yo escapamos juntas cogidas de la mano. Quienes iban por la carretera principal estaban todos muertos o heridos. El fuego caía sobre ellos como si fuera arena. Bombas por arriba y ametralladoras por todas partes”.
Ben Gurion no tendría necesariamente que dudar del relato de Um Mohammed, porque afirmó con total franqueza: “Entre nosotros no ignoramos la verdad… políticamente, nosotros somos los agresores y ellos los que se defienden… El país es suyo, porque habitan en él, mientras que nosotros queremos venir aquí y colonizarlo y, ante sus ojos, lo que queremos es expulsarles de su país” (citado en el libro “Fateful Triangle” de Chomsky, páginas 91-92).
Precisamente por esa razón es por la que ni los viejos ni los jóvenes han olvidado. Cada día es otra nueva manifestación de esa prolongada Nakba que dura ya 65 años. Las dificultades de los jóvenes están hoy indisolublemente unidas a la violenta y horrenda expulsión de hace décadas.
La Nakba continúa siendo un proyecto en marcha a través de las generaciones de sionistas israelíes. Cuando Ben Gurion murió en 1973, el actual Primer Ministro Benyamin Natanyahu tenía veintitantos años. Estaba entonces sirviendo su último año en el ejército israelí y hoy gobierna Israel con una coalición que abarca casi a las tres cuartas partes del parlamento israelí. Al igual que la mayoría de los dirigentes israelíes, sigue contribuyendo al mismo discurso con el que se conquistó Palestina. Habla de paz mientras sus soldados y sus colonos armados se apropian de los hogares y granjas palestinas. Hace repetidas ofertas de conversaciones “incondicionales” a los palestinos, mientras rechaza violentamente todas y cada una de sus aspiraciones. Su lobby en Washington es mucho más fuerte de lo que era antes. Impera sobre todo y sobre todos mientras prosigue cumpliendo la “visión” de los primeros sionistas.
Las viejas llaves y los hechos de las tierras robadas dan testimonio de la experiencia intergeneracional que es la Nakba. Hoy en día, a los palestinos se les sigue tratando como ganado en los controles militares. Se les niega el derecho a una atención médica adecuada, se arrancan despiadadamente sus viejos olivos. Sin embargo, lo que Israel no ha podido controlar es la resolución de los palestinos. La cárcel, los controles, las armas, siguen de tal forma presentes en nuestra memoria colectiva que ésta no puede capturarse ni controlarse ni bombardearse.
Así es, la Nakba no es una fecha específica o una estimación de tiempo, sino la totalidad de esos 65 años y suma y sigue. El evento no puede colocarse en las estanterías de la historia mientras los refugiados sigan siendo refugiados y los colonos sigan robando la tierra palestina. Mientras Netayahu continúe hablando el mismo lenguaje de Ben Gurion, seguirán sucediéndose otros episodios “catastróficos”. Pero mientras los palestinos se aferren a sus llaves y a los acontecimientos vividos, los viejos pueden morir pero los jóvenes nunca olvidarán.
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Traducción de los dos primeros artículos: María Landi