jueves, 30 de noviembre de 2017

¿Por qué se acercan los árabes e Israel?



Cada día se evidencia más que nunca la normalización de lazos entre el régimen israelí y los países árabes, encabezados por Arabia Saudí. Algo que en la política de la región de Oriente Medio se consideraba como un Tabú.

En este sentido, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, anunció que está intentando formar una alianza contra Irán junto con países árabes ribereños del Golfo Pérsico.
“Los buenos tratan de unirse a Israel de una nueva manera, formando una alianza efectiva para contrarrestar la agresión de Irán”, lo afirmó Netanyahu en una entrevista en el Instituto de Chatham House, en Londres (capital británica), a lo que ha añadido que los países árabes ven a Israel como un “aliado” para hacer frente a las “ambiciones de Irán”.
En este artículo pretendemos estudiar el antecedente de la relación entre el mundo árabe y el régimen israelí, además de analizar el porqué de la cercanía de ellos.
Raíces de la tensión árabe-israelí
La causa palestina constituyó el principal motivo de la tensión entre los países árabes y el régimen israelí. De hecho, desde 1948 cuando venció el mandato británico de Palestina, ellos se han visto involucrados en un profundo caos, al punto de que los primeros, encabezados por Siria y Egipto, declararon la guerra al régimen de Israel en varias oportunidades, pero 4 de ellas fueron las más destacadas; 1948, 1956, 1967 y 1973. En estas guerras, se oponían a su establecimiento en los territorios ocupados de Palestina.
No obstante, en todas estas contiendas, los árabes fueron los perdedores, dejando tal sentimiento de rencor entre los pueblos árabes que ninguno de ellos reconocían al régimen de Israel como Estado e incluso pretendían su eliminación.
Después de 1973, en varias ocasiones, hubo enfrentamientos a menor escala entre palestinos y otros países árabes con el régimen israelí, pero ninguno funcionó y ahora transcurridas varias décadas de aquel entonces, se ven señalas de mejoría entre ellos.
Irán, el enemigo común
En estas circunstancias, en Oriente Medio, se registró un acontecimiento trascendental; el cambio de régimen en Irán y el establecimiento de una República Islámica con el derrocamiento del rey Pahlavi, principal socio de EE.UU. e Israel en la región. El nuevo sistema gobernante en el país persa impulsaba la ideología chií y pretendía su extensión. Una realidad amarga para Arabia Saudí que mantenía el wahabismo y veía cómo el nuevo orden impulsado por Irán contradecía sus intereses en la región, a causa del número de seguidores que, día a día, iban ganando en países como Irak, El Líbano, entre otros.
De esta forma, aquellos países como Israel y Arabia Saudí, que consideraban el nuevo sistema iraní como peligroso para su idolología y existencia, empezaron acercarse entre sí. El régimen de Al Saud, encabezado en la década de los ochenta por el entonces monarca Fahd bin Abdulaziz, anunció un plan de paz para dejar a un lado la negación de la existencia de Israel.
Israel y los árabes se acercan
Si bien, los países reaccionarios árabes, antes colaboraban en secreto para normalizar lazos con Tel Aviv, ahora no temen para nada hacerlo de forma pública. Esto no se limita a las monarquías del Golfo Pérsico, sino según lo confesado por el expresidente israelí Shimon Peres, son 22 países árabes los que intentan establecer lazos con Tel Aviv.
El primer país árabe interesado en establecer lazos con los israelíes fue Arabia Saudí. De acuerdo con los documentos filtrados por Wikileaks sobre la normalización de relaciones entre Riad y Tel Aviv, el proceso del acercamiento entre estos dos se remonta a mediados de la década de los 90 cuando la monarquía saudí sacó a varias compañías israelíes de su lista de sanciones. Este proceso se fortaleció en 2002 cuando Riad propuso un "plan de paz" sobre la causa palestina y en 2005 los saudíes levantaron más sanciones a israelíes. Sin embargo, el punto inminente en los lazos entre estos dos, fue el reciente viaje en secreto del príncipe saudí, Mohamad Bin Salman, a los territorios ocupados de Palestina donde se reunió con varias autoridades israelíes. 
En este sentido, hay que señalar que cuando Mohamad Bin Salman derrocó a Mohamad Bin Nayef, el pasado junio, y le sustituyó, EEUU lo confirmó de inmediato y esto pone de relieve que existe un acuerdo secreto político entre Bin Salman y Donald Trump. Es posible que la Casa Blanca haya condicionado el apoyo al nuevo y joven príncipe heredero saudí a reconocer al régimen saudí.
Egipto es otro país árabe que pese a la prolongada tensión con el régimen israelí mantiene buenos lazos con Tel Aviv. Estos dos, desde que El Cairo reconoció la existencia del régimen de Tel Aviv y firmó los Acuerdos de Camp David, establecieron relaciones muy íntimas. De hecho, el expresidente egipcio, Anwar Sadat, firmando el acuerdo que fue conocido como el acuerdo de paz entre Egipto e Israel, sembró la semilla de la normalización de lazos con Tel Aviv. 
De 2013 a 2017, se estrechan aún más los lazos árabe-israelíes
En este contexto, hay que añadir que a partir de 2013, (cuando estaban en marcha las negociaciones nucleares entre Irán y el Grupo 5+1 y el creciente caos en Siria e Irak), que se considera como el inicio de una nueva era para el aumento de la influencia de Teherán en Oriente Medio, los países árabes encabezados por Egipto y Arabia Saudí decidieron estrechar aún más sus lazos con Tel Aviv. Incluso, según el exsecretario de Estado de EEUU, John Kerry, ellos habían pedido a Washington que bombardeara Irán y que no firmara un acuerdo nuclear con Teherán.
Es de mencionar que luego de la firma del acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1 que supuso una nueva era para las relaciones internacionales del país persa, además del fracaso de Riad y sus aliados en derrocar a los gobiernos en Siria e Irak mediante terroristas de Daesh, que también fue una victoria para Teherán, la influencia y el poderío iraní se sintieron más que nunca en la región. Razón por la cual, en los últimos meses de 2017 las autoridades israelíes están haciendo público su plan de unión con los árabes.
En este sentido, el ministro de asuntos militares de Israel, Avigdor Lieberman, aseguró el pasado 19 de noviembre: “Hoy, Oriente Medio necesita más que cualquier otra cosa una coalición de estados moderados contra Irán”.
Con todo lo expuesto, se puede decir que el régimen israelí, aprovechando a Irán como una excusa, espera poder normalizar e incluso formar una alianza con los países árabes durante la presidencia de Donald Trump y el mandato del joven príncipe heredero saudí para poder materializar su anhelo de ser reconocido en el mundo árabe después de 70 años. Sin embargo, no se debe olvidar que lo que está acelerando últimamente este proceso, se debe también en gran medida a la nueva estrategia de EEUU hacia Irán, es decir, unir al mundo árabe con Israel frente al país persa para frenar su influencia en la región de Oriente Medio, tal como lo aseguró el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson.


miércoles, 29 de noviembre de 2017

Resolución 181: el número de vergüenza que ocupó Palestina

Por Pablo Jofré Leal
El 29 de noviembre de 1947, la ONU aprobó una de las resoluciones más ominosas que se tenga memoria de este ente internacional: la antipalestina Resolución 181.

El 29 de noviembre del año 1947, la naciente Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en Nueva York, con 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, aprobó la Resolución N° 181. 
Una resolución cuyos 70 años se conmemoran en el marco de una fuerte ofensiva sionista por impedir la autodeterminación del pueblo palestino. Una conmemoración que nos obliga a recordar, que unos meses antes de esta fecha infausta, el Reino Unido, aliada del sionismo y pronta a terminar su mandato en Palestina sometió a consideración de la Asamblea General de las Naciones Unidas la llamada “cuestión Palestina” - constatando con ello que ese territorio pertenecía a un pueblo que tenía ese nombre – Dicha acción tuvo su inicio en el primer período extraordinario de sesiones de la Asamblea General, celebrada en el mes de abril del año 1947.
Victimismo y compensación inclinan la balanza
Para tal fin, se constituyó una Comisión Especial para Palestina (UNSCOP) conformada por 11 miembros: Canadá, Checoeslovaquia, Guatemala, Holanda, Perú, Suecia y Uruguay, que recomendaron la creación de dos Estados separados, uno árabe y uno judío, con Jerusalén bajo administración internacional. Australia se abstuvo y la India, Irán y Yugoeslavia aprobaron la creación de un único Estado que incluyera ambos pueblos. Sin duda, en aquel tiempo, primaba un clima político internacional occidental donde el sentimiento de culpa ante la pasividad que se tuvo ante el nacionalsocialismo y los crímenes contra los judíos, inclinó la balanza hacia la división en dos Estados con un estatuto internacional especial para la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).

La decisión de esta Comisión, mostró el peso del lobby sionista, que ya había comenzaba a operar en Estados Unidos, El Reino Unido y Francia, principalmente. Como también pudo comprobar la influencia, que el crónico victimismo sionista tendría a partir de esa fecha, operando con una política de chantaje basado en “su sufrimiento”, particular y excluyente, como si otros pueblos no tuvieran el mismo derecho a exigir un trato especial. Los aliados del sionismo se entregaron por entero a la tarea de hacer realidad la infausta Declaración Balfour, para dotar así de un hogar a colonos judíos, a costa de los derechos de la población palestina en los territorios, que el mito teológico tenía destinado al autodenominado “pueblo elegido”.

La determinación de la dirigencia sionista – concepto que uso y aconsejo usar ampliamente y que tanto molesta a los defensores de esta ideología criminal – fue el de avanzar en el pisoteo de los derechos del pueblo palestino, que tenía como marco el “compensar” al sionismo por la suerte corrida por millones de judíos a manos del régimen nacionalsocialista en la Segunda Guerra Mundial. Idea que no tiene en cuenta el enorme sufrimiento de otros millones de seres humanos: soviéticos, gitanos, enfermos mentales, prisioneros aliados, como también alemanes opositores a Hitler. Se comenzaba a tejer así lo que los propios judíos más críticos del sionismo denominan el síndrome del “dispara y llora” que tantos réditos económicos, militares y territoriales le ha concedido al régimen israelí desde su instauración el año 1948.

Para el analista Jonathan Cook, este extraño discurso “sólo se puede descifrar si comprendemos los dos temas, aparentemente contradictorios, que han acabado dominando el paisaje emocional de Israel. El primero es la creencia visceral de que Israel existe para realizar el poder judío; y el segundo es el sentimiento igualmente fuerte de que Israel encarna la experiencia colectiva del pueblo judío como víctima eterna de la historia. A los propios israelíes no les pasa completamente desapercibido este paradójico estado mental, y a veces se refieren a él como “el síndrome de dispara y llora”.

En su segundo período ordinario de sesiones, la Asamblea General y tras dos meses de deliberaciones aprobó la resolución 181 (II) con 29 de noviembre de 1947, en ella se aprobó con muy escasas modificaciones el plan de Partición con la Unión Económica propuesto por la mayoría de los miembros de la Comisión Especial para Palestina. En este Plan de Partición, adjunto a la Resolución N° 181 se establecía: 
El término del mandato británico sobre Palestina. 
La retirada gradual de las fuerzas militares británicas en la zona. 
El establecimiento de límites fronterizos entre los futuros Estados y con Al-Quds como zona especial. 

En lo específico la Resolución N° 181 consignaba la creación de un Estado Palestino y un Estado Judío, teniendo como fecha probable de dicha instalación el 1 de octubre del año 1948. La idea era dividir a Palestina en ocho partes: tres para el hipotético Estado Palestino y tres para el judío. La séptima parte establecía la creación de un enclave palestino – la ciudad de Jaffa – en el territorio judío asignado por la ONU. Y, la octava parte - Al-Quds – estaría administrada por un Consejo de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas. De los 13 votos en contra de una ONU conformada en ese entonces por 53 naciones, los diez estados árabes, unánimemente, votaron en contra.

Esta oprobiosa solución jurídica internacional suponía la resolución de un conflicto, que había llegado a un punto de difícil solución vista la presencia y llegada incesante de colonos sionistas a territorio palestino, que contaban con la complicidad y el apoyo político, económico y militar de Estados Unidos y El Reino Unido. La expiación occidental, no sólo iba por la dirección de buscar soluciones a las pretensiones sionistas a costa del pueblo palestino, sino que representaba una decisión vergonzosa y criminal de expolio a un pueblo, para apoyar la idea de la instalación de un “hogar nacional judío” bajo criterios absurdos y claramente desequilibrados.

Efectivamente la partición propugnada por la ONU entregaba a manos judías el 54% del territorio más rico de Palestina en recursos naturales y acuíferos, contando sólo con el 33% de la población - 600 mil colonos llegados de Europa en las operaciones de la Aliá implementadas por el sionismo – dejando el 46% restante a 1.300.000 palestinos que constituían el 67% de la población y que poseían, hasta ese momento, el 94,2 % de las tierras. Más de 400 aldeas palestinas quedaban dentro de los límites que se quería otorgar al sionismo, las mejores tierras cultivables y que el día de hoy constituyen la Palestina histórica.

Una asimetría, una injusticia y un proceder que marcaría de allí en adelante la instalación de uno de los regímenes segregacionistas más criminales de la historia. Una entidad, que a contrapelo de sus propios sufrimientos comenzaría a implementar un sistema de apartheid y una forma de colonialismo brutal, racista, basado en el crimen y en el despojo que lo ha hecho un símil del nacionalsocialismo, cuya víctima principal ha sido el pueblo palestino. Cruel paradoja de la historia el terminar convertido en un clon de sus victimarios un nacionalsionismo.

El mencionado cuerpo legal de la ONU generó el marco jurídico internacional aprovechado por un régimen reaccionario, colonialista, y racista. Un sionismo que había dado muestras más que suficientes de su conducta criminal con relación al pueblo palestino, mediante su política explicitada públicamente de “judaizar y desarabizar” Palestina. El sionista de origen polaco David ben Gurion señalaba el año 1937 “Debemos expulsar a los palestinos y tomar sus lugares” y el año 1948 previo a la instalación de la entidad sionista sostenía “Debemos utilizar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación y el corte de todos los servicios sociales para deshacernos de la población palestina”.

Por su parte, para el fundador de la extremista Legión Judía durante la Primera Guerra Mundial, el ruso Zeev Jabotinsky afirmaba “No hay alternativa, los palestinos deben ceder la tierra para los judíos. Ningún autóctono abandona su tierra por voluntad propia, por lo tanto debemos utilizar la fuerza, expulsar a los palestinos”. Para el Alemán Shlomo Lahat, miembro del movimiento terrorista judío Hagan y quien llegó a ser general de Israel “Nosotros debemos matar a los palestinos, a menos que ellos acepten vivir como esclavos” A confesión de parte relevo de pruebas.
Una resolución con bases falsas
La Resolución N° 181 pretendía dar, supuestamente, término al conflicto suscitado por la política de colonización, que bajo el marco protector de la corona británica y la infausta Declaración Balfour de noviembre del año 1917 había comenzado a desarrollarse en Palestina y que a partir del derrumbe del imperio otomano había quedado bajo el denominado mandato británico, concretando los Acuerdos Syket-Picot.

La disposición legal de la ONU, que a todas luces pasaba por alto los derechos del pueblo palestino, otorgaba tierras a colonos judíos europeo y concedía un marco legal espurio a la primera fragmentación de Palestina, que tras el término del mandato británico en la zona – en mayo del año 1948 - declararía una independencia artificial. Y menciono este concepto de espurio, de adulteración pues ¿de qué podría independizarse el sionismo si ocupaba una tierra que no le pertenecía? Una tierra habitada por millones de seres humanos, que constataron con asombro la complicidad criminal entre colonos, la ONU y países occidentales, que avalaron este acto criminal con consecuencias que afectan al pueblo palestino y al región de Oriente Medio hasta el día de hoy.

Los palestinos en particular y los pueblos árabes en general, en forma unánime rechazaron la Resolución N° 181, con justa razón, frente al atropello y robo señalando la necesidad de cambiar dicha decisión, so pena de generar una situación de tensión y posible conflicto en la zona. El argumento era claro y concreto: la resolución N° 181 infringía “las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas, en cuya virtud se reconocía el derecho de los pueblos a decidir sobre su propio destino. A este respecto, dijeron que la Asamblea había hecho suyo el Plan en circunstancias indignas de las Naciones Unidas y que los árabes de Palestina se opondrían a cualquier plan de división, segregación o partición de su país o en el que se concediesen derechos y estatutos especiales y preferenciales a una minoría”.

Los sionistas aceptaron la Resolución 181 –con ciertos reparos en función de sostener que “merecían mucho más de lo que se les otorgaba” –. El día 14 de mayo, un día antes del término del Mandato británico en Palestina, Londres retiró sus tropas de Palestina permitiendo que el ente sionista proclamara la creación de un Estado tan artificial como criminal en el territorio concedido en el plan de partición de noviembre del año 1947. Dicha declaración desató, lógicamente, las hostilidades de los Estados árabes que se oponían a la instalación de una entidad Sionista en el seno del mundo árabe.

La Guerra de 1948, sustentada en la superioridad militar israelí, dotada de armas modernas, aviación, artillería y blindados cedidos por las potencias occidentales, con un ejército bien entrenado por el Ejército británico durante el Mandato de Palestina, en función del trabajo político y militar con sus organizaciones extremistas como la Haganá, Irgún y Lehi; derrotaron a las mal armadas y aún inexpertas fuerzas árabes. Recordemos que más de 30 mil judíos asentados en Palestina sirvieron en las fuerzas armadas británicas durante la Segunda Guerra Mundial.

Ya el año 1941, mientras cientos de miles de judíos eran masacrados sin resistencia en Europa, las fuerzas británicas junto a miembros de los grupos extremistas judíos en Palestina fundaron la denominada Plugot Májatz -. Compañías de ataque, dedicada al entrenamiento intensivo de comandos con formación también en liderazgo político y militar y que serviría de sustento, para la conformación del ejército sionista que enfrentó a los pueblos árabes el año 1948. Ninguno de esos efectivos participó en actividad bélica alguna que permitiera detener la matanza de sus hermanos a manos del nacionalsocialismo y que eran llevados al matadero como corderos al sacrificio. Simplemente, las fuerzas extremistas sionistas en Oriente Medio se entrenaron para masacrar al pueblo palestino. Parte de esta comedia del “Dispara y llora”.

Efectivamente, tras la declaración del nacimiento de la entidad sionista en mayo del año 1948, mediante el expolio y la masacre de la población palestina, el sionismo logró apoderarse del 80% del territorio y expulsar a 800 mil palestinos en lo que se denomina la Nakba –la catástrofe– Los festejos sionistas se trasladaron a los pasillos de Washington, París y Londres, que consolidaban así una punta de lanza para su proyectos imperialistas. Ya contaban con una herramienta política y militar que ha sido su aliado fundamental hasta el día de hoy en los afanes hegemónicos de la Guerra Fría, como del mundo surgido del derrumbe del campo socialista. Y, para esos fines, la Resolución N° 181 de noviembre del año 1947 sirvió como base jurídica para la vergüenza y la infamia. La ONU debe una reparación histórica y reconocer que la Resolución N° 181 representa un hecho vergonzoso e infame en la historia de esta organización internacional, ya que la limpieza étnica de Palestina se catalizó tras adoptarse el ominoso plan de partición.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Arabia príncipe de la corona después de la normalización de las relaciones de Israel a expensas de la cuestión palestina, autor dice

La foto de archivo proporcionada por el Palacio Real de Arabia muestra Príncipe Mohammed bin Salman. (Foto AFP)

Impulsado por los planes de sucesión y el fracaso de las políticas agresivas del régimen de Riad, el príncipe heredero saudí Mohammed Bin Salman ha participado en un proceso de normalización de relaciones con Israel a expensas de la "cuestión palestina", dice un autor.

Ibrahim Fraihat, que es un profesor internacional de resolución de conflictos en el Instituto de Estudios Graduados de Doha, escribió en un artículo publicado en el Huffington Post que la normalización podría ser "perjudicial tanto para Palestina y Arabia Saudí."
“Sin embargo, la adopción de medidas concretas para poner fin al boicot árabe de Israel, sin llegar a una solución justa a la cuestión palestina en primer lugar, va a ser perjudicial tanto para Palestina y Arabia Saudita”, dijo el autor, que es también un académico afiliado a la Universidad de Georgetown.
Arabia Saudita convocó el presidente palestino Mahmoud Abbas a Riad la semana pasada para convencerlo de aceptar un plan de paz presentado por el asesor especial del presidente estadounidense Donald Trump Jared Kushner.
“La cooperación de Abbas es esencial para la normalización entre Israel y Arabia proceder; sin ella, el movimiento Arabia sería visto como una traición a la posición árabe y musulmán en Palestina “, dijo Fraihat.
“Aunque no mucho se ha revelado acerca de lo que realmente ocurrió durante la visita de Abbas a Riad, algunos informes hablan de la dirección Arabia presionar a Abbas a aceptar cualquier plan Kushner propone, o para renunciar”, agregó.
Según el autor, el acuerdo Kushner no va a hacer justicia, aunque mínima para el proyecto nacional palestino.
“Mientras que el acuerdo ofrece ventajas estratégicas a Israel, como poner fin a un boicot árabe saudí, que ofrece sólo las ganancias tácticas para los palestinos, como la asistencia financiera, la liberación de los presos, y la congelación en silencio, parcial de las actividades de asentamiento fuera de los grandes bloques de asentamientos “.
"Lo que está claro, sin embargo, es que Arabia Saudita procederá con sus esfuerzos de normalización con Israel, con o sin Abbas. La forma en MBS (el príncipe heredero de Arabia) es la sucesión manejo en el hogar y la escalada con Irán en el extranjero sugiere que él está a la tomar decisiones radicales ".
"Pero su movimiento en Israel podría no funcionar tan bien como algunos de sus otras políticas audaces tienen. De hecho, podría acabar disparándose en el pie. Empujar adelante con el acuerdo Kushner significaría que actúa contra el consenso de los países árabes y musulmanes , que rechazan la normalización con Israel sin una solución justa y equitativa a la causa palestina ".
Kushner, que es de Trump hijo-en-ley y que entró en la Casa Blanca, en gran parte porque de esa relación, ha causado malestar entre los profesionales de la política de Estados Unidos con sus incursiones temerarias en la política de Oriente Medio. Los 36 años de edad, ha tenido ninguna carrera previa en la diplomacia o la gobernabilidad y, como su padre-en-ley, se encontraba en bienes raíces antes de Trump ganó la elección presidencial en Estados Unidos en noviembre el 2016.
Últimamente, Kushner ha estado en contacto sustancial con funcionarios de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, según los informes forjar una relación estrecha con los líderes jóvenes pero de gran alcance en esos países.
Tanto Riad y Abu Dabi han adoptado una política regional agresiva, llevando a cabo una agresión militar en Yemen, la orientación Qatar con una guerra diplomática y económica, y tratando de fracturar el gobierno de Líbano.
A mediados de noviembre, un documento libanés publicó un documento secreto que mostraron que los saudíes estaban dispuestos a normalizar las relaciones con Israel como parte de un esfuerzo de paz israelí-palestina encabezada por Estados Unidos y unir a los países de Arabia aliado contra Irán.
El documento, publicado por el Al-Akhbar al día, era una carta del ministro de Exteriores saudí Adel al-Jubeir a bin Salman, que explica por qué era en el interés del reino de normalizar las relaciones con Israel. La carta continúa diciendo que un acercamiento entre Arabia Saudita e Israel tiene riesgos para el reino debido a la fuerza de la causa palestina entre los musulmanes.
La disposición de los saudíes para impulsar las relaciones con Israel ha ofendido a varios países árabes, entre ellos Jordania.
En cuanto a la cuestión de los refugiados palestinos, la carta dice que los saudíes estarían dispuestos a ayudar a los cinco millones de refugiados palestinos estimadas a nivel mundial se asientan en los países de acogida en lugar de ser llevados de vuelta a Israel.
personal de jefe de estado del ejército israelí, Gadi Eizenkot, dijo recientemente que Israel estaba listo para compartir información de inteligencia con Arabia Saudita contra Irán.
El ministro de Energía israelí Yuval Steinitz ha indicado que Israel ha tenido contactos secretos con Arabia Saudí y otros países árabes sobre sus preocupaciones mutuas sobre Irán, un aparente primer reconocimiento por un funcionario de alto nivel sobre las relaciones encubiertas. Él hizo los comentarios el 19 de noviembre, pero no especificó la naturaleza de los contactos.
Por otra parte, el ministro de Comunicaciones israelí Ayoub Kara extendió una cordial invitación a Arabia Saudita Gran Mufti Abdul Aziz Al Sheikh a visitar Israel por lo que dijo eran sus comentarios amistosas sobre el reino.
El ministro israelí de asuntos militares también ha ampliado recientemente la mano de la amistad a los países árabes, pidiéndoles que formar una alianza contra Irán.


domingo, 19 de noviembre de 2017

Arafat fue entregado por unas magras monedas del enemigo

"Nota del editor del Blog Imágenes de Palestina JOARMAZ: las imagenes son de absoluta responsaviidad del editor de este Blog , el articulo escrito por Suhail Hani Daher Akel  para rebelión solo es el texto y es publicado íntegramente, el mismo que ha sido cotejado con las imagenes de acuerdo a los nombres dados en el mismo y de lo que se ha dicho en estos años de la muerte del líder Palestino Yaser Arafat".  

Suhail Hani Daher Akel
Rebelión
Yasser Arafat
Es muy difícil abordar luego de 13 años del envenenamiento del Padre de la Patria, Yasser Arafat, el juego sucio que se desató tras su muerte para encubrir a los autores del magnicidio. Luego de 13 años del envenenamiento de uno de los principales estrategas de los siglos XX y XXI, no hay responsables ni cargos contra los autores, pese a que se conocen sus nombres a viva voz.
Ni la OLP ni Al-Fatah investigaron su muerte con la seriedad del caso. Ni lo llevaron a los Tribunales internacionales y solo lavaron su ácida conciencia emperifollando los agrios sabores de la entrega con la construcción de un Mausoleo en la Mukata’a (presidencia) de Ramallah para guardar sus restos.
El presidente del Estado de Palestina, Yasser Arafat (Abu Ammar), excesivamente demacrado, cargando con el peso de una larga y dolorosa historia de vida, solitariamente percibió, sin decirlo, que había sido traicionado y envenenado, y que muchos de su entorno lo abandonaron por algunas magras monedas del enemigo.
Sitiado militarmente desde el 1° de diciembre de 2001 por las fuerzas sionistas en la presidencia por orden del premier Ariel Sharon y su canciller Shimon Peres, ambos responsables de ‘crímenes de guerra’, fue espinosamente encubierto. Todo el efecto del envenenamiento comenzó a erupcionar cuando la noche del 27 de octubre de 2004, mientras cenaba con algunos de sus allegados, sintió fuerte dolores estomacales, vomitó y sufrió un desmayo por más de 10 minutos.
Nadie hizo nada. Ni los jerarcas árabes sosegados en sus sillones de fina terminación en oro, ni el occidente achispado con la ética de las libertades y las democracias actuaron para evitar que Sharon y sus cómplices arrastraran a un democrático jefe de Estado al cadalso de la muerte.
Ariel Sharon
Al estimular Ariel Sharon, Shimon Peres, Shaul Mofaz, Ehud Barack y Ehud Olmert, públicamente con su hostil lenguaje, más, la suma del terrorismo de Estado israelí con sus ataques de mísiles y buldóceres a la indefensa Mukata’a, para acabar con la vida de Arafat, sobraron las evidencias para ser acusados ante la Corte Penal Internacional de magnicidio.
El manipulado mutismo de las partes no logró dejar afuera la letal responsabilidad israelí ni la de Mahmoud Abbas. Embriagado por el rigor del lobby político-económico judío, Abbas colaboró de distinta manera con el enemigo para quebrar la desafiante ‘revolución palestina’ de la década del ’50 y la popular Intifada a finales de los ’80 inspiradas por Abu Ammar. Mientras, con su rostro cómplice acicalado con ásperas mascaras de preocupación, utilizó los cuadros de Arafat junto al suyo en sus oficinas ministeriales y embajadas para amainar su sombrío silencio.

Mahmoud Abbas
En una recóndita reunión entre Abbas y Peres, en ese entonces canciller de Sharon, “discutieron el derrocamiento de Arafat”. Expuesto en la publicación del domingo 23 de octubre de 2011 por el diario israelí Yediot Ahranot: “Abbas le dijo a Peres que al tener estos contactos secretos estaba poniendo su vida al límite”. 
SIMON PERES 
Según lo trascendido, Abbas, “pidió a los israelíes solicitar a Estados Unidos financiar a la Autoridad Palestina cuando él sea elegido”, al igual que velar por su seguridad. Consumando de ese modo en 2003 la muerte anticipada de Arafat.
En el fragor del dolor interno. Destituido por Abbas en 2007, el ex canciller y uno de los fundadores de Al-Fatah, Farouk Kaddoumi (Abu Lutf), denunció en la televisión qatarí Al-Jazeera de contar con “los documentos que demuestran que Mahmoud Abbas estuvo involucrado en la conspiración para asesinar a Yasser Arafat” (16/7/2009). Y adicionó en una entrevista con el diario londinense Al-Quds Al-Arabi, citado por el diario israelí The Jerusalem Post: “La Autoridad Palestina y su presidente (Mahmoud) Abbas, no desean ningún tipo de resistencia contra Israel… Fatah fue debilitada (militarmente) para no regresar al camino de la lucha” e increpó a Abbas “de congelar sus sueldos por criticarlo” (31/10/2012).
En el concierto de las acusaciones, Fahmi Shabana, ex oficial de inteligencia palestino y miembro de la Comisión Palestina de Investigación de la muerte de Arafat, en una entrevista con el periodista israelí Yoni Ben Manahim, publicada en el sitio Bet Reshet Israil, reveló: “dos palestinos participaron en la muerte de Arafat, uno de ellos pertenecía a la fuerza de seguridad de Al-Fatah en la Franja de Gaza y el otro es un alto político que ayudó a encubrir el crimen…El liderazgo palestino tiene vasta información que nunca mostrará” (15/7/2012).


Muhammad Dahlan

Por su parte, el vicepresidente del Consejo Legislativo Palestino (parlamento), actualmente clausurado por decreto de Abbas, Hassan Khreisheh, fue más allá y acusó en el diario saudí ‘Al-Shark’, que “Algunos líderes de la ANP participaron de la muerte de Arafat causada por Polonio 210 radioactivo. Órganos palestinos, árabes e internacionales obstaculizaron el trabajo de todas las comisiones creadas para investigar las causas de la muerte de Arafat con el fin de evitar la búsqueda de los responsables del asesinato de líder palestino” (6/7/2012).
En sintonía con las denuncias y luego de la exhumación de su cuerpo en noviembre de 2012 solicitada jurídicamente a la ANP por su esposa Souha y su hija Sahwa en los tribunales franceses, el informe forense suizo de 108 páginas elaborado por los científicos del Instituto de Radiación Física del Hospital Universitario de Lausana, Suiza, afirmó: “las nuevas investigaciones radio toxicológicas demuestran niveles altos de Polonio 210 en las costillas, la pelvis y en los fluidos corporales de Arafat” (7/11/2013). Mientras, su director médico, Francois Bochud, indicó en conferencia de prensa: “los resultados apoyan de forma moderada la proposición de que la muerte fue consecuencia de envenenamiento con polonio 210”. Por su parte, el Dr. Abdullah Bashir, médico del equipo de investigación palestino, sostuvo: “Arafat no murió de enfermedad, ni de vejez, sino a causa de un material radioactivo venenoso conocido como Polonio 210”.
Como era de esperar, el gobierno israelí rechazó de plano el informe de los científicos suizos y el portavoz de la cancillería, Yigal Palmor, irónicamente dijo: “los resultados suizos no son concluyentes. Si se encontraron rastros de Polonio que podría indicar el envenenamiento, no hay evidencia de como ocurrió este...”. La soberbia sionista le permitió obviar que Arafat estaba cercado y desconectado del mundo desde el 2001 y que Israel es una de las tres potencias nucleares que genera ese mortífero elemento químico.
Si algo faltaba, no se puede dejar de sumar las demenciales palabras del ex presidente estadounidense George Bush (h), otro de los responsables como participe secundario del envenenamiento, quien en plena invasión a Irak agitó la muerte no sólo de Saddam Hussein, sino también la de Arafat, expresando: “Israel debía asesinar al histórico líder palestino para retroceder los anhelos independentistas a los niveles de bajo cero y generar un gobierno palestino servil a la potencia israelí” (21/3/2003). En la práctica los hechos quedaron plasmados.
La desazón ahondó en su esposa. “Arafat era un hombre sano de 75 años, que murió en 2004...se trata del crimen del siglo”, se lo dijo conmocionada a la agencia de noticias Al-Jazeera luego de conocer el informe científico. Entre sus declaraciones, Souha, le formuló al periódico británico The Guardian: “es impactante... Recuerdo que Yasser se estaba consumiendo rápidamente en el hospital y veía cómo en sus ojos se expresaban un montón de interrogantes. La muerte es un destino en la vida, es el destino de todo el mundo, pero resulta terrible cuando es el resultado de un envenenamiento...Fue conspiración para deshacerse de él. Mi hija y yo queremos saber quién lo hizo. No nos vamos a detener en nuestra búsqueda hasta descubrir al autor o autores del asesinato. Se trata de un crimen político”.
Souha Arafat, a quien la OLP le prohibió entrar en Palestina ocupada para asistir a los funerales de su esposo en Ramallah y hoy la mantiene en el exilio, durante los 11 días de agonía de su esposo en el Hospital Militar Percy de París, controló suspicazmente y evitó el acceso de las visitas de los funcionarios de la ANP. Con lacónicas palabras acusó a tres de sus antiguos compañeros, entre ellos, a Mahmoud Abbas, “trataron de heredar el poder y enterrar en vida a Abu Ammar”.
La dosis del Polonio 210 utilizado por Israel con la cooperación de algunas manos palestinas llagadas de traición, es un millón de veces más tóxico que el cianuro y sólo esa radiación nuclear la poseen Israel, Rusia y Estados Unidos, abriendo pruebas directas de la participación israelí. El portavoz del Instituto, Darcy Christen, confirmó: “El material encontrado en las pertenencias de Yasser Arafat, normalmente se produce en plantas nucleares, puesto que se extrae del uranio” (4/7/2012). Israel lo posee en su base nuclear de Dimona en el desierto de Beersheva ocupado en 1948.
Por su parte, el Dr. Azza Agha, especialista en farmacología y toxicología, decano de la Facultad de Farmacia en la Universidad del Cairo, tras acceder al Informe, afirmó que “Todos los hechos científicos alcanzados por el Instituto sobre las verdaderas causas de la muerte del presidente Arafat, son incuestionables”.
El pueblo palestino en la Ribera Occidental que despidió con llanto y un inconmensurable dolor cuando Arafat el 30 de octubre de 2004, abordaba el helicóptero para trasladarse a Amman y subir a un avión francés que lo llevaría a Paris para su internación, para luego de casi 2 semanas recibir su féretro con el corazón destrozado, su silenciada voz estalló. En una encuesta del Centro Palestino de Políticas Públicas en Ramallah realizado en noviembre de 2005, mostró que “el 59 por ciento de los palestinos culpó a Israel de envenenar a Arafat y un 21 por ciento consideró que fue envenenado por palestinos”. Notorio reflejo popular de la complicidad.
Bosquejando el martirio. Después de 13 años sin justicia ni castigo a los culpables, cada vez golpea más fuerte la energica voz del comandante Yasser Arafat, señalando: “Estoy preparado para ser mártir...Llegará el día que un hijo de nuestra patria enarbolará nuestra bandera palestina sobre los minaretes de Jerusalem, nuestra capital”.
Suhail Hani Daher Akelue fue Primer Embajador del Estado de Palestina en la Argentina, fue el Primer Representante de la OLP en la Argentina y Analista Internacional sobre la situación de Palestina.


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233966

martes, 14 de noviembre de 2017

Palestinos conmemoran en Gaza fallecimiento de Yaser Arafat



Decenas de miles de palestinos han conmemorado hoy sábado en Gaza el ‎‎13º aniversario de la muerte de Yaser Arafat, antiguo líder de la OLP.‎
Es un día de lealtad, de unidad y reconciliación. Decimos al presidente y al Gobierno que vuestros hijos del Al-Fatah esperan apoyo en Gaza”, ha dicho un participante en el acto.
Gran número de palestinos de toda la Franja de Gaza ha acudido a la plaza Saraya desde la mañana para conmemorar el fallecimiento de Arafat, líder de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) y premio Nobel de la Paz en 1994, sin olvidar lo sospechoso de su muerte.
“Es un día de lealtad, de unidad y reconciliación. Decimos al presidente y al Gobierno que vuestros hijos del Al-Fatah esperan apoyo en Gaza”, ha dicho uno de los participante, a la vez que llamaba al presidente palestino, Mahmud Abás, a visitar el enclave.
Arafat pereció el 11 de noviembre de 2004 a los 75 años de edad en un hospital cerca de la capital de Francia, París, tras un inesperado deterioro de su salud. Todavía continúa la polémica en torno a las causas de su muerte que, de hecho, nunca fueron reveladas. Muchos palestinos acusan al régimen de Israel de haber envenenado a su líder.



sábado, 11 de noviembre de 2017

‘El Mossad envenenó con plutonio al antiguo líder palestino Yaser Arafat’

Yaser Arafat, líder fallecido de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). 
El servicio de inteligencia israelí (el Mossad) asesinó al exlíder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Arafat, envenenando su café, informa un medio libanés.
Antes de la muerte de Arafat, el Mossad llegó a saber que el exlíder palestino empezaba el día con una taza de café instantáneo con leche, ha informado este jueves el rotativo libanés Ad-Diyar.
El agente israelí accedió a llevar a cabo esta tarea a cambio de una gran suma de dinero y de obtener asilo en Occidente bajo una nueva identidad, asegura el rotativo libanés Ad-Diyar.
De este modo, el aparato de inteligencia israelí infiltró a uno de sus espías entre los guardaespaldas de Arafat y le encargó mezclar el café original con otro que estaba contaminado con plutonio.
El plutonio fue administrado en pequeñas dosis para deteriorar la salud del exlíder palestino de manera progresiva, para de este modo no causar alarma y que no se descubriera que el Mossad estaba detrás de su muerte.
El mencionado diario asegura también que el agente israelí accedió a llevar a cabo esta tarea a cambio de una gran suma de dinero y de obtener asilo en Occidente bajo una nueva identidad.
Yaser Arafat, líder fallecido de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), semanas antes de su muerte.
Tras cumplir con sus órdenes y causar la muerte de Arafat, indica el diario libanés, los servicios de inteligencia israelíes ayudaron al espía a someterse a varias operaciones de cirugía plástica para que no se le pudiese reconocer por sus rasgos faciales.
Según Ad-Diyar, el espía israelí viajó primero a Canadá y posteriormente a Estados Unidos, donde probablemente esté viviendo aún.
El 11 de noviembre, la comisión palestina de investigación sobre la muerte de Arafat anunció haber identificado al autor del asesinato del exlíder palestino, pero se negó a revelar el nombre del sospechoso o difundir detalles y acusó al régimen israelí de estar detrás de su muerte.
Arafat murió el 11 de noviembre de 2004 a los 75 años. Los especialistas no alcanzaron a detallar la causa de su muerte, además de que en su momento no se efectuó ninguna autopsia pese a reclamarlo su viuda, Suha Arafat.




Presidente palestino asegura que sabe quién mató a Yaser Arafat

El presidente palestino, Mahmud Abás, ofrece discurso en un acto por el decimosegundo aniversario de la muerte de Yaser Arafat en Ramalá, 10 de noviembre de 2016. 

El presidente palestino, Mahmud Abás, asegura que sabe quién está detrás de la misteriosa muerte de su predecesor y líder palestino, Yaser Arafat.
“Ustedes me piden quién lo mató, lo sé, pero mi único testimonio no es suficiente”, declaró Abás delante de miles de palestinos reunidos en una ceremonia celebrada el jueves en la localidad cisjordana de Ramalá para conmemorar el 12 aniversario de la muerte de Yaser Arafat, el antiguo líder de la Organización para la Liberación Palestina (OLP).
En esta línea, el jefe de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) descartó citar nombres, ya que no merecen ser recordados. “Una comisión de investigación está ahondando en las cosas, pero ustedes serán informados a la primera ocasión y se sorprenderán cuando sepan quien lo hizo”, argumentó, según recoge el portal The Palestine Chronicle.
Ustedes me piden quién lo mató, lo sé, pero mi único testimonio no es suficiente”, declaró el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás.
Arafat pereció a los 75 años el 11 de noviembre de 2004 en un hospital cerca de la capital de Francia, París, tras un inesperado deterioro de su salud. Todavía continúa la polémica en torno a las causas de su muerte que nunca fueron reveladas. Muchos palestinos acusan al régimen de Israel de haber envenenado a su líder.
En una indagación realizada en 2012, la cadena de televisión catarí Al-Jazeera reveló que había trazas de polonio 210 en los efectos personales de Arafat que los médicos galos entregaron a su viuda después de que murió.
Arafat, quién lideró un conflicto armado con Israel a finales de los 1960, logró escapar con vida de varios ataques aéreos israelíes en su contra; en 1982 en Beirut, la capital libanesa, en 1985 en Túnez. También en 2001 salió ileso de un ataque perpetrado por helicópteros militares israelíes contra el palacio presidencial palestino en Ramalá.
En noviembre de 2015, la comisión palestina de investigación sobre la muerte de Arafat anunció haber identificado al autor del asesinato del exlíder palestino, pero se negó a revelar el nombre del sospechoso o difundir detalles y acusó al régimen israelí de estar detrás de su muerte.


Fuente: Hispantv.

El genocidio del pueblo palestino con acento inglés

El genocidio del pueblo palestino con acento inglés

La Declaración Balfour es el nombre dado a una carta enviada por el Secretario de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, Arthur James Balfour, a Lord Lionel Walter Rothschild el 2 de noviembre de 1917.
La carta anunciaba el apoyo incondicional y total de la Corona Británica para el establecimiento de un hogar sionista en Palestina, bajo la mentira histórica y el falso pretexto de "otorgar una tierra sin gente a un pueblo sin tierra". Bajo el Mandato Británico de Palestina, se produjeron las primeras masacres de civiles en pueblos a manos de milicias judías que sembraron el terror entre la población palestina.
Pero no es sola una carta o una declaratoria, es el Plan del Genocidio contra Palestina, orquestado por el sionismo internacional y con el aval de Londres, donde comienza en forma sistemática la ocupación de la tierra palestina, la limpieza étnica sobre el pueblo palestino, recordemos que el mandato británico colonialista sobre Palestina, desde 1917 se estableció la exportación de judíos sionistas europeos a Palestina como eje fundamental de la colonización y usurpación de Palestina, cuando los judíos nativos en la Palestina histórica representaba menos del 5 % de la población, es donde comienza la planificación de la Nakba (Catástrofe Palestina de 1948), la creación del terrorismo sionista, con sus dos grupos criminales más destacados Irgun y Hagana, entrenados por el ejército británico, como fuerza paramilitar de ocupación, y donde sus integrantes integran el ejército ingles durante la segunda guerra mundial.
Del terrorismo sionista israelí de la Hagana e Irgun que destruyeron y borraron del mapa a más de 450 pueblos y aldeas palestinas, donde encerraban a las familias palestinas en sus casas, para luego explotarlos, fusilarlos e incendiar sus viviendas, asesinándolos con el más cruel odio a la vida humana de ahí sale la estructura genocida hasta nuestros días del actual régimen sionista de Benjamin Netanyahu, sus funcionarios y su ejército de ocupación, tan asesino, como las organizaciones sionistas padres de la infraestructura política, económica, militar y cultural de la entidad sionista naciente en 1948.
La Declaración Balfour es la base del Genocidio y los Crímenes de Lesa Humanidad contra el pueblo palestino, es el luto de la humanidad, es el festejo del crimen y su impunidad sobre niños, mujeres y familias enteras asesinadas...donde se ha trazado como eje central de la política israelí, la limpieza étnica de tierra arrasada, destruyendo aldeas y hogares palestinos, para ocupar y construir asentamientos ilegales israelíes, hoy en el 2017, con más de 200 asentamientos con un millón de colonos ilegales israelíes, incluyendo la ocupación de los Altos del Golán Sirio, y donde el régimen sionista de ocupación de Benjamín Netanyahu, con el apoyo de su carnal aliado Donald Trump, expande más las acciones de este genocidio sobre el pueblo palestino desde 1948, su objetivo final la anexión de la Ribera Occidental y la expulsión del pueblo palestino de su tierra, donde para ello recibe más de 3.500 millones de dólares anuales de Washington D.C, para continuar con la arquitectura colonialista sionista desde 1948, para continuar con la impunidad para asesinar al pueblo palestino, ante la inutilidad cómplice de la comunidad internacional, donde las Naciones Unidas y sus resoluciones contra las violaciones israelíes a los derechos humanos del pueblo palestino, son papel mojado.
Los refugiados de Palestina expulsados de sus hogares en 1948 y sus descendientes superan ya los 5 millones, según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Constituyen la población de refugiados más grande del mundo y representan el 40 por ciento de los refugiados de larga duración. Su derecho al retorno a su tierra, a recuperar sus propiedades o a recibir una compensación a cambio de ellas en caso de no querer regresar está reconocido en resoluciones de la ONU como la 194, de diciembre de 1948, pero nunca se ha materializado.
Las fuerzas de ocupación israelíes han asesinado a más de 3000 niños palestinos desde el año 2000, señala
el Ministerio de Información Palestino, las fuerzas sionistas han matado en los últimos 17 años a más de 3000 niños, además de dejar heridos a más 13.000 menores de edad. Las cifras también indican que en total detuvieron a más de 12.000 niños —mientras que en la actualidad mantienen encarcelados a unos 300—, de los cuales un 95 % ha sido víctima de agresiones y torturas en interrogatorios. El número de niños palestinos detenidos por las fuerzas israelíes va en aumento, ya que tras el inicio de la Segunda Intifada de Al-Quds (Jerusalén) en octubre de 2015 se detuvo a más de 2000 niños en un año, mientras que la cifra anual es de unos 700 niños detenidos.
Produce el repudio más profundo de la dignidad humana, el gobierno británico el cual se negó a disculparse por la Declaración y afirmó que esta “orgulloso” de su papel en la creación de Israel, donde afirma categóricamente: “La Declaración Balfour es una declaración histórica para la cual HMG [Gobierno de Su Majestad] no tiene la intención de disculparse. Estamos orgullosos de nuestro papel en la creación del Estado de Israel. La tarea ahora es alentar los movimientos hacia la paz“, obviamente que es la paz para los ocupantes israelíes, asesinar más palestinos, robar y ocupar más tierra palestina, y destruir la nación palestina a través de todos los métodos desde el apartheid hasta el bombardeo de escuelas y hospitales y maternidades como ha hecho en la Franja de Gaza en los últimos 10 años de bloqueo.
La historia señala y apunta a Gran Bretaña como corresponsable de los crímenes contra Palestina, de las violaciones a los derechos humanos de los palestinos, es la Corona Británica quien debe pedir perdón a la humanidad, y condenar al régimen criminal israelí y compensar a los palestinos económicamente y políticamente, e intentar de esa forma la reparación moral para el pueblo palestino.
Tarde o temprano las fuerzas de la resistencia palestina, liberaran cada centímetro de la tierra palestina ocupada, liberaran Al-Quds y pondrán de rodillas a tanta injusticia y a la opresión del ocupante que cuenta con la impunidad imperialista...

Hasta la Victoria Palestina Libre!

Escrito por Abu Faisal Sergio Tapia, director fundador del diario Palestina Libération



Tomado: hispantv.com

jueves, 2 de noviembre de 2017

100 años de complicidad criminal entre el sionismo y el Reino Unido



Hoy se conmemoran 100 años desde el fatídico acuerdo entre el sionismo y el imperio británico para dar rienda suelta a los objetivos de colonización de Palestina.
Una colonización que sería llevada a cabo por parte de colonos judíos europeos, alentados por la dirigencia sionista y bajo el mito religioso del retorno a una tierra prometida por una divinidad, que lo mismo exhibía títulos de dominio que exclusividad y preferencias respecto a pueblos elegidos.
Balfour: Pieza del diseño de dominio de Oriente Medio
Ese convenio al que hago mención se denomina “Declaración Balfour” y refiere, en específico, a una carta enviada por el Secretario de Relaciones Exteriores británico Arthur James Balfour al Barón Lionel Walter Rothschild, líder de la comunidad judía de Gran Bretaña e Irlanda , el día 2 de noviembre del año 1917, para que el contenido de esta misiva, para que fuera conocida y discutida en el seño de la Federación Sionista.


Una Declaración que surge como parte de un diseño de dominio de Oriente Medio, que tiene su comienzo con el Acuerdo Sykes-Picot entre Gran Bretaña y Francia, que incumple las promesas efectuadas al mundo árabe de permitir la conformación de Estados Independientes, ya que el objetivo era justamente contar con el apoyo de esos pueblos para combatir al Imperio otomano pero luego apoderarse de los territorios bajo su dominio. Es así que la continuación lógica de Sykes-Picot fue la Declaración Balfour, que tendría también a Mark Sykes, como arquitecto de esta conducta lesiva para millones de seres humanos que vivían en Oriente Medio.
Una declaración con consecuencias hasta el día de hoy otorgando un apoyo político en Gran Bretaña y otros gobiernos occidentales a un sionismo en ciernes, cuestión que condujo a la creación del mandato británico en Palestina tras el derrumbe del imperio otomano, que facilitaría la llegada de colonos judíos a Palestina y con ello sentar las bases para construcción artificia de la entidad sionista el año 1948, sostén del actual conflicto que sacude esta zona del mundo. 
El Sykes que refiero es el mismo que gestó una reunión en Londres en febrero del año 1917 donde asistieron los multimillonarios e influyentes miembros de la Federación Sionista con Sede en Gran Bretaña, Walter Rothschild, Herbert Samuel – quien hizo un llamado a ejercer un protectorado inglés sobre Palestina - y Chaim Weizmann – de origen bielorruso y quien sería el primer presidente de la entidad sionista el año 1948 - entre otros. El inicio, por tanto de una migración de judíos, especialmente europeos, a una región donde vivían escasísimos judíos, esencialmente religiosos, pero no sionistas como aquellos que llegaban allende el mediterráneo.
La Declaración Balfour, es un documento que delata la complicidad entre la política imperial británica y los cuerpos dirigentes del sionismo, que en virtud del poderío financiero y su privilegiada posición en círculos de poder, tanto en Francia, Estados Unidos como en Gran Bretaña, habían comenzado un intenso lobby destinado a conseguir la aprobación del Imperio Británico – en ese momento una de las principales potencias económicas y militares del mundo – para intensificar el proceso de colonización de tierras palestinas. Un fomento de traslado de judíos, principalmente asquenazis, que se trasladan a una tierra de la cual tenían nula referencia y un arraigo inexistente pero del cual comienzan a interesarse vista las promesas de poseer tierras y bienes provistos por los multimillonarios sionistas europeos, que financiaban esta operación colonial. Unido ello al objetivo de hegemonía regional por parte del gobierno británico que comienza a ansiar la hegemonía sobre de esas tierras, en ese momento bajo el dominio de un imperio otomano en franca decadencia. Y para ello que mejor ¿Qué mejor que contar con la mano de obra, el trabajo sucio de colonos dispuestos a todo por un ideal construido a punta de mitos?
La Declaración Balfour, a pesar del intento sionista de presentarlo como la base jurídica de su supuesto derecho a una tierra que no les pertenece, era una carta de fuerte contenido político y propagandístico, que en esencia menospreciaba los derechos de millones de habitantes que vivían en ese entonces en Palestina. Era una carta que prometía algo que los ingleses no poseían, a la cual no tenían derecho bajo ninguna ley internacional. Por tanto mal se podía otorgar a otros lo ajeno. Una carta bajo el marco de una mentalidad imperialista donde se señalaba “Estimado Lord Rothschild. Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él. El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país. Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista. Sinceramente suyo, Arthur James Balfour”
La realidad demostró que dichos deseos eran una mera hipocresía y un apoyo decidido al Movimiento sionista, para comenzar un proceso de colonización de tierras en Palestina. Tal es así que el propio Balfour, el mismo que hablaba de respeto y no perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en palestina, el día 19 de enero del año 1919 sostuvo, en otra carta al gobierno británico "En Palestina ni siquiera nos proponemos pasar por la formalidad de consultar los deseos de los actuales habitantes del país... Las cuatro grandes potencias están comprometidas con el sionismo, y el sionismo, bueno o malo, correcto o incorrecto, está anclado en antiquísimas tradiciones, en necesidades actuales y en esperanzas futuras de mucha mayor importancia que los deseos o preocupaciones de los 700.00 árabes que ahora habitan esta antigua tierra".
A buen entendedor pocas palabras y esas mostraban claramente la complicidad criminal entre un Imperio que comenzaba su ocaso, pero capaz de ocasionar daño a millones de personas, que ignoraban, en ese momento, los planes que se tejían tras los bastidores y encuentros entre el imperialismo inglés y un sionismo, que a través de su apoyo financiero a un Imperio en guerra y con sed de recursos, para llevar adelante la campaña de la Primera Guerra Mundial compró una alianza que le serviría como credencial política para intensificar su “aliyá” y pasar de tener 85 mil judíos en un territorio donde habitaban 600 mil palestinos el año 1915 a tener 600 mil colonos el año 1947 frente a un millón y medio de palestinos. Esto mediante un proceso constante de colonización protegido por el imperio británico, hasta el último día del mandato de este sobre Palestina – a pesar de ciertos desencuentros con grupos extremistas judíos que deseaban acelerar el proceso de ocupación del territorio palestino –
Resulta indiscutible, por más que la hasbara (propaganda sionista) lo presente como un documento jurídico, que Gran Bretaña no tenía autoridad política, legal ni moral para hacer promesas de entrega o compartir objetivos coloniales de una ideología que no conocía Palestina más que por mapas, como lo demuestra el hecho que las discusiones para encontrar “un hogar nacional judío” dividían las opciones entre la Patagonia sudamericana, Uganda y el levante mediterráneo. Cuestión que obligó a los ideólogos del sionismo a buscar las razones, líneas centrales y ejes discursivos que le permitieran sostener con algo de solidez que Palestina era el destino final.
Gran Bretaña, en un absurdo histórico, en una decisión abusiva y criminal prometió entregar un territorio que no era de su propiedad a terceros – judíos europeos – cuyo vínculo con la región era inexistente- Ello implicó avalar un plan de colonización, que en esencia llevaba el signo del racismo pues implica poblar con extranjeros una tierra habitada, expulsando a la población nativa residente y creando las bases del actual sistema de apartheid que rige en la Palestina histórica para los palestinos que allí residen y brutalmente en los territorios palestinos ocupados y bloqueados del West Bank y la Franja de Gaza.
La Declaración Balfour sirvió como marco para que el sionismo acrecentara su ambición y apetito territorial y llevar adelante allí sus planes de instalación, para aquellos que se convirtieron en creyentes enajenados de un mito que hizo práctica el control y expolio del territorio palestino. Ideología que comienza a tejer también la falsificación histórica que hiciera pensar al mundo que ellos – civilizadores occidentales con derechos de propiedad otorgados por una divinidad – lo que hacían en su discurso de convencimiento, no era colonizar, invadiendo tierras, segregar y usurpar, sino que, simplemente, estaban ocupando una tierra estéril, sin población – aunque en ella habitaran 700 mil palestinos, con tierras, cosechas, con familias que hundían sus raíces hasta el principio de la historia. Un mito en todo el sentido de la palabra, que hasta el día de hoy enseñan como dogma de fe apoyándose en excavaciones arqueológicas para demostrar su mito religioso, en procesos de aplastamiento cultural del pueblo palestino. Todo ello tuvo su proceso catalizador con la Declaración Balfour.
Del Requerimiento de Palacios Rubio al Requerimiento Sionista.
Es justamente, por ese aval perverso que otorga el imperio británico al sionismo a través de la Declaración Balfour, que se ha levantado con fuerza la exigencia que Gran Bretaña pida perdón por esa acción política y los males causados. Una declaración usada como eje de las exigencias legales y políticas sionistas que exhibía esta declaración como aquellos conquistadores españoles que mostraban el denominado Requerimiento de Palacios Rubio a indígenas que nada sabían de estos extranjeros que venían allende los mares a sostener que esas nuevas tierras – les pertenecía por derecho divino a la Monarquía española.
En este caso el requerimiento sionista exhibía las ideas imperiales, de generosidad con lo ajeno, contenida en una carta usurpadora de derechos ajenos. De los deseos y objetivos estratégicos de funcionarios de un imperio que tenía como propósito dominar un territorio y utilizar a estos europeos dotados de una ideología racista, que nada tenían que ver con los judíos que habitaban palestina en un número que no superaba las veinte mil personas en un universo de 550 palestinos, antes de la primera Aliyá sionista a fines del siglo XIX, como colonizadores y avanzada de la civilización occidental. La Declaración Balfour es responsable, por ende, de avalar el establecimiento de las bases políticas, militares, económicas, demográficas y culturales de lo que sería el nacimiento de la entidad sionista el año 1948.
Por esa responsabilidad histórica, Gran Bretaña, no sólo debe pedir perdón por el daño causado, sino también ejecutar las políticas que permitan reparar el daño causado y una de ellas es, claramente, reconocer al Estado palestino y exigir el fin de la ocupación sionista de los territorios palestinos ¿Está dispuesta Gran Bretaña a hacerlo? No!!! a estas alturas es una pregunta retórica, una simple quimera pues los vínculos políticos, militares y financieros entre el sionismo internacional y Londres son profundos. Gran Bretaña, Estados unidos y Francia tienen en sus sociedades grupos de poder y lobistas del sionismo que hacen difícil separar los intereses colonialistas de Israel con los intereses de esas potencias. Es una asociación creada para delinquir, una asociación ilícita que en el seno del Consejo de Seguridad blindan a la entidad más criminal del planeta. Ello, en el marco del accionar del Club Bildenberg, convertido en la reunión de poderes políticos, económicos, mediáticos y económicos más poderosos del mundo bajo la égida sionista, convertidos en fieles escuderos y avales de los crímenes del sionismo
En ocasiones el parecer equilibrado, como aparenta Londres frente a ciertas condenas a Israel en el plano internacional: Resoluciones de la ONU, Dictámenes de la UNESCO u otras, no significa que se olvide su compromiso con los gobiernos israelíes. Es la sociedad británica la que debe exigirles a sus gobiernos que cese el apoyo a la política colonialista, racista y criminal de Israel, hay una responsabilidad histórica que Gran Bretaña no puede desmentir por más amnesia que ofrezca. Como también es responsable la sociedad palestina la llamada a combatir al ocupante y para ello el apoyo del Eje de la Resistencia es fundamental, para cambiar la actual correlación de fuerzas. Sólo la combinación de todas las formas de lucha otorgará la autodeterminación al pueblo palestino, nada se puede esperar de aquellos poderes que han sostenido al sionismo.
La alianza británica-sionista – y con ella el papel cumplido por Washington y sus aliados regionales - ha tenido un impacto catastrófico sobre la vida de millones de personas, no sólo en Palestina, sino en el conjunto del Levante mediterráneo. Gran Bretaña debe una reparación en los más amplios aspectos al pueblo palestino, pues no sólo es culpable quien dispara a quemarropa a hombres y mujeres desarmados, quien usurpa territorios, destruye aldeas, demuele casas, construye muros. Es responsable también el que con su silencio permite estos crímenes y Gran Bretaña con su silencio obsequioso es responsable de la declaración Balfour y de los padecimientos de un pueblo sometido al salvajismo colonial del sionismo. Este 2 de noviembre se espera algo de dignidad de la clase política británica ¿será posible?.

‘Israel tiene miedo de entrar en una guerra contra Hezbolá’

Integrantes del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).

El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) conmina al régimen de Israel a renunciar a cualquier ofensiva militar en su contra."Hezbolá se ha vuelto más fuerte en todos los aspectos y no tiene miedo de ninguna guerra con el enemigo israelí. Ahora, es Israel el que debería estar preocupado por su débil situación”, ha sostenido este viernes el subsecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano, el sheij Naim Qasem.
Durante una ceremonia con motivo del 28o aniversario del fallecimiento del fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (que descanse en paz), el sheij Qasem también ha enfatizado que el apoyo iraní a Hezbolá ha jugado un papel vital en la victoria de la Resistencia ante los israelíes y los extremistas takfiríes.
Además, ha destacado que las victorias de Hezbolá ante Israel en la Guerra de los 33 días (contra el sur de El Líbano, en 2006), y los triunfos durante las tres guerras impuestas a la Franja de Gaza, se deben a los hombres que fueron dirigidos bajo las altas enseñas del Imam Jomeini.
Los funcionarios de la inteligencia israelí han advertido en reiteradas ocasiones que Hezbolá podría sorprender a Israel con un ataque masivo en represalia por los crímenes cometidos por dicho régimen contra los pueblos de Palestina y El Líbano. 
Igualmente, han alertado del aumento en la capacidad de resistencia de Hezbolá, gracias al refuerzo de sus arsenales de cohetes y misiles. Los informes indican que Hezbolá cuenta con aproximadamente 150.000 misiles
De acuerdo con los diarios israelíes, el régimen de Tel Aviv ya ha empezado a realizar maniobras de "ataque masivo" ante un eventual conflicto militar con Hezbolá.

 Hispantv.com