lunes, 28 de marzo de 2016

Las empresas israelíes salen de los asentamientos en Cisjordania: grupo israelí

Una vista del asentamiento israelí de Har Homa, en el este de al-Quds (Jerusalén) (foto de archivo)
Un número creciente de empresas israelíes basados ​​en los asentamientos en la Cisjordania ocupada se han trasladado a los territorios ocupados en 1948 debido a la presión por boicots internacionales de sus productos, dice un grupo israelí.

La organización israelí contra la ocupación "Paz Bloc" hizo una lista de las empresas que operan en los asentamientos de Cisjordania hace 20 años, alrededor de 20 a 30 por ciento de los cuales se han cerrado o trasladado desde Cisjordania.

Delta Galil Industries, Teva, Sodastream y Ahava empresas están entre las compañías que dejaron los asentamientos de la Cisjordania ocupada.

Yigal Dilmony, portavoz de una organización que representa los asentamientos en la Cisjordania ocupada, reconoció que varias empresas habían dejado los asentamientos de Cisjordania debido a la presión internacional.

El 24 de marzo, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH) adoptó una resolución que llama a la creación de una base de datos de las empresas que participan en las actividades en los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados.

La medida irritó el régimen de Tel Aviv y su principal aliado de Washington.

Más de medio millón de israelíes viven en más de 230 asentamientos ilegales construidos desde la ocupación israelí de 1967 de los territorios palestinos de Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este (Al-Quds). Los asentamientos israelíes son considerados como ilegales por las Naciones Unidas y la mayoría de los países.

El movimiento de Boicot-Desinversión-Sanción, basado en la campaña contra el antiguo régimen del apartheid en Sudáfrica, pasó de ser una llamada internacional 2005 de los grupos palestinos, y su objetivo es aumentar la presión sobre Israel para llevar a su fin su política expansionista, incluyendo la construcción de asentamientos en los territorios palestinos ocupados.

viernes, 25 de marzo de 2016

Israel de confiscar más tierra palestina en Cisjordania

Una vista general muestra los edificios en construcción en el asentamiento ilegal israelí de Har Homa, en los territorios ocupados de Oriente al-Quds (Jerusalén), el 7 de marzo de 2016. © AFP

El régimen de Israel está planeando confiscar 1,2 kilómetros cuadrados (296,5 acres) de tierras de los palestinos en el norte ocupada distrito de Nablus, dice un monitor local.
Ghassan Dhaglas, que supervisa la actividad de asentamientos ilegales de Israel en el norte de Cisjordania a la Autoridad Palestina, confirmó que las autoridades de la administración civil israelí estaban tratando de robar cientos de acres de tierra que actualmente pertenece a los palestinos, la agencia de noticias palestina Ma'an informó el lunes.
El funcionario palestino también señaló que las autoridades israelíes ya han dado a los residentes locales de al-Lubban pueblos al-Sharqiya, al-Sawiya, y Qaryut un comunicado de confiscar tierras palestinas de propiedad privada.
De acuerdo con el Applied Research Institute Jerusalén (ARIJ), una organización no gubernamental palestina basada en al-Quds (Jerusalén), el régimen israelí en las últimas décadas se ha apoderado de vastas extensiones de tierra cerca de Qaryut construir al menos diez asentamientos ilegales y dos militares bases.
De la AP Premier Rami Hamdallah recientemente denunció enérgicamente el plan de apropiación de tierras en Cisjordania de Israel, diciendo que la "apropiación de tierras sistemática" constituye "una violación flagrante del derecho internacional."
Altos funcionarios palestinos también han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para detener el robo de forma sistemática a Israel la tierra palestina.
La ONG israelí Paz Ahora, que hace un seguimiento y se opone a la expansión de los asentamientos ilegales en los territorios palestinos ocupados, anunció el martes que el régimen israelí ya ha ideado planes para la expansión de los asentamientos cercanos en la zona.

El 17 de marzo, la Unión Europea censuró el régimen de Israel por sus planes de expropiar tierras palestinas en Cisjordania, diciendo que la decisión riesgos que amenazan las posibilidades de poner fin al conflicto en los territorios ocupados y la creación de un futuro estado palestino independiente.
"La Unión Europea mantiene su firme oposición a la política y las medidas adoptadas en este contexto, incluyendo demoliciones y confiscaciones, desalojos, las transferencias forzadas o restricciones a la circulación y el acceso de asentamientos de Israel", dijo que el bloque de 28 miembros en un comunicado.
Gran Bretaña también ha criticado la decisión de Israel de seguir ampliando los asentamientos en Cisjordania, llamando a la medida "un obstáculo para la paz."
Más de medio millón de israelíes viven en más de 230 asentamientos ilegales construidos desde la ocupación israelí de 1967 de los territorios palestinos en Cisjordania y el este de al-Quds (Jerusalén).
La presencia y la continua expansión de los asentamientos israelíes en la Palestina ocupada han creado un gran obstáculo para los esfuerzos de paz de Oriente Medio.
Los palestinos quieren Cisjordania como parte de un futuro estado palestino independiente con Al-Quds oriental como su capital.

PressTV

Jefe de la Policía de Dubai se Opone a Creación de Estado Palestino, Insta a la Unidad con Israel e Incluírlo en la Liga Árabe

DUBAI. (ABNA) - Dahi Khalfan Tamim, presidente adjunto de la policía de Dubai, pidió el martes por una 'remodelación' del Estado de Estado de Israel para unificar la población israelí y palestina en igualdad de condiciones, en lugar de crear un Estado palestino independiente.

En sus comentarios en Twitter, Khalfan, quién es conocido por hacer declaraciones polémicas, dijo que un Estado de Israel remodelado que incorpore a los palestinos como ciudadanos de hecho y derecho podría incluso unirse a la Liga [Árabe]. Después de 70 años, se espera que los árabes sean más del 70 por ciento de la población [de Israel], él agregó.
“No hay que hacer frente a los judíos como enemigos. Nosotros tenemos que lidiar con ellos como primos con quienes simplemente competimos por gobernar un pedazo de tierra”, escribió Khalfan.
“Yo sugiero no establecer un Estado palestino, sino más bien mezclar a los palestinos y los judíos en el marco del Estado de Israel, el cual se uniría a la Liga Árabe”.
Khalfan continuó diciendo: “Por lo tanto, siempre viviremos pacíficamente con los judíos. Debido a que el establecimiento de un Estado palestino dirigido por los árabes sólo sería un Estado fallido añadido a muchos otros Estados fallidos en el mundo árabe”.
“Los árabes y los judíos vivirán como socios bajo un exitoso Estado dirigido por judíos. Después de 70 años ellos van a ser una mayoría y ellos habrán aprendido de los judíos...y gobernarán”, escribió Khalfan en una serie de polémicos tweets.
“La idea de la fusión con los judíos es más espléndida. Si los árabes y judíos se unen...ellos serían el poder de Dios sobre la tierra. El poder del dinero, el poder de las mentes, y el poder de la mano de obra. La humanidad prosperará y sería feliz...los judíos son la columna vertebral de la economía en el mundo de hoy”.
“¡Oh árabes! ustedes no detendrán a Israel y este no les reconocerá a menos que ustedes insistan en convertirse en parte de él...la convergencia resuelve todos los problemas. ¿Por qué no nos unimos con Israel contra los enemigos de Medio Oriente?”, él agregó.
Khalfan respondió a un comentario sobre sus tweets preguntando por sus estrechas relaciones con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, diciendo: “nosotros somos primos”.

Traducido de Al-Masry al-Yawm por Jalil SAHURIE

http://es.abna24.com/service/middle-east/archive/2016/03/23/742757/story.html

lunes, 21 de marzo de 2016

Más de 1.400 mujeres palestinas están en cárceles israelíes


Desde el inicio de la Intifada de Al-Aqsa, en septiembre de 2000 hasta la fecha, más de 1.400 mujeres palestinas han sido detenidas y encerradas en cárceles israelíes, según fuentes palestinas.
“Las fuerzas de la ocupación israelí han detenido y encarcelado a 1.403 mujeres palestinas desde septiembre de 2000 hasta ahora”, informó el lunes el activista en asuntos de presos palestinos Abdul Naser Farwana.
Las fuerzas de la ocupación israelí han detenido y encarcelado a 1.403 mujeres palestinas desde septiembre de 2000 hasta ahora”, informó el activista en asuntos de presos palestinos Abdul Naser Farwana.
En declaraciones con ocasión del Día Internacional de la Mujer, el activista enfatizó que la lista de detenidas incluye a madres, ancianas, embarazadas, activistas sociales, parlamentarias, estudiantes y niñas.
“Cuatro mujeres palestinas han dado a luz en cárceles israelíes y en condiciones difíciles”, agregó Farwana para después denunciar la tortura y el maltrato recibidos por las palestinas arrestadas.
Como consecuencia de esa conducta hostil, agregó Farwana, un número de esas mujeres han resultado heridas o caído mártires.
“Pese a todas estas condiciones infrahumanas y la falta de acceso a las necesidades básicas, los israelíes no han podido romper la voluntad esas mujeres y ellas siguen con su resistencia, en algunos casos se mantienen en huelga de hambre en rechazo contra su detención”.
Destacando la oportunidad otorgada por el Día Internacional de la Mujer, Farwana pidió el aumento de los esfuerzos para ayudar a las mujeres palestinas, con énfasis las presas en las cárceles israelíes, y disminuir sus sufrimientos.
A principios del pasado mes de febrero, Farwana informó de la detención de unas 100 mujeres y niñas palestinas por el régimen de Israel desde el inicio de la III Intifada palestina, a principios del pasado mes de octubre.
La tensión en los territorios ocupados palestinos se agudizó tras una serie de incursiones y profanaciones a la Mezquita Al-Aqsa, ubicada en la ciudad de Al-Quds (Jerusalén), que provocó la ira del pueblo palestino, obligándolo a comenzar una nueva “Intifada” para liberar Al-Quds.
El Comité para Asuntos de los Prisioneros Palestinos alertó de la detención de al menos 6830 palestinos desde el inicio del 2015, indicando que el número de las detenciones de los palestinos por las autoridades israelíes ha crecido un 12,7 por ciento en comparación con 2014.

http://www.librered.net/?p=43215

miércoles, 16 de marzo de 2016

(VIDEO) INFORME: ISRAEL HA MATADO A 200 PALESTINOS EN LOS ÚLTIMOS CINCO MESES

Desde el inicio de la tercera Intifada (levantamiento popular) en los Territorios Palestinos Ocupados, soldados israelíes han matado a 200 palestinos, según un informe de la Asociación Nacional de Familiares de Mártires Palestinos.

El informe publicado el pasado jueves precisa que desde entonces 51 niños y 20 mujeres palestinos han perdido la vida a manos de las fuerzas del régimen de Tel Aviv.

La tercera Intifada palestina comenzó a principios de octubre de 2015, días después de que las Fuerzas del régimen de ocupación irrumpieran violentamente en la Mezquita Al-Aqsa en Al-Quds (Jerusalén) y atacaran a los palestinos que se encontraban en el lugar.

Además la ocupación israelí ha destrozado la economía palestina, especialmente el año pasado cuando sufrió un deterioro sin precedentes, alcanzando entre los jóvenes un 70% de desempleo.


viernes, 11 de marzo de 2016

Israel se prepara para una tercera guerra contra El Líbano

Soldados del ejército israelí en la frontera con El Líbano.
El régimen de Israel se prepara para lanzar una tercera guerra contra El Líbano y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), informan medios libaneses.
El diario libanés Al-Akhbar publicó el sábado que fuentes estadounidenses han desvelado a las autoridades libanesas los planes israelíes para lanzar otra guerra contra El Líbano, siguiendo el ejemplo de las medidas contra Hezbolá de Arabia Saudí.
Como detalla el informe, el régimen de Tel Aviv está preparando una guerra, ya que “no quieren seguir manteniendo silencio ante la presencia de Hezbolá en Siria y su considerable avance en el campo de batalla”.
Las fuentes estadounidenses, que han hecho estas revelaciones durante un viaje de las autoridades libanesas a Washington, afirman que mientras la prioridad de Washington en Oriente Medio supone la lucha contra el grupo terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe), los israelíes ponen en su blanco a Hezbolá, movimiento que ven como un “peligro práctico” para su supervivencia.

El pasado mes de diciembre, Giora Eiland, expresidente del consejo de seguridad nacional del régimen de Israel, afirmó que una eventual guerra contra El Líbano no debería apuntar contra el Hezbolá sino contra todo El Líbano.
Ayer sábado, fuentes citadas por el portal web israelí DEBKAfile, informaron que cazas israelíes realizaron simulacros de ataques aéreos contra el territorio libanés. Estos ejercicios militares se efectuaron sobre Baalbek, en el este de El Líbano, cerca de las zonas donde están las instalaciones de entrenamiento y los arsenales de Hezbolá.
Todo esto tiene lugar mientras, en varias ocasiones, responsables de la inteligencia israelí han advertido de que Hezbolá podría sorprender al régimen de Tel Aviv con un ataque masivo en represalia por los crímenes israelíes contra los pueblos de Palestina y El Líbano.

El pasado enero, la armada israelí aseguró que Hezbolá ya cuenta con misiles crucero y antibuque Yajont, suministrados por Rusia, lo que constituye una gran amenaza para el régimen israelí. 
A su vez, el exministro israelí de asuntos militares Ehud Barak reconoció el poderío de Hebzolá y advirtió de que el régimen israelí no tiene capacidad de hacer frente a los 100 mil misiles que posee el movimiento de Resistencia.
Un informe de la revista estadounidense Foreign Policy, divulgado el sábado, destaca que Hezbolá tiene la capacidad de recuperar los territorios palestinos ocupados por el régimen israelí en una próxima guerra.


Fuente: Hispantv.com

La ‘normalidad’ de Israel


En 1982, tras la invasión del Líbano y las matanzas de Sabra y Chatila, el escritor israelí Amos Oz entrevistó al general Ariel Sharon, luego primer ministro, pendiente entonces de una investigación oficial como ex responsable del Ministerio de Defensa.

A lo largo de esa entrevista, un iracundo y sincerísimo Sharon asume sin complejos su condición de “judeo-nazi” y declara su disposición a hacer “el trabajo sucio” a fin de que Israel sea un país “normal”, con su pequeño “certificado de penales”, como Francia o Alemania, a los que sus pasados coloniales y genocidas no impiden ser ahora paladines de los derechos humanos, o como EEUU, que exterminó a todos los indígenas y hoy es campeón de la democracia.

No le importaría, dice, matar un millón de árabes o poner bombas en sinagogas para abriles el paso a “ustedes, los cantarines, los puros, los vegetarianos”. Él asumirá, dice, “ese certificado de penales y luego ustedes escribirán libros de arrepentimiento sobre mis crímenes”. Para que haya judíos normales, buenos, idealistas, judíos que escriben, que cantan, que dan ejemplos de moral, es necesario que antes “mi cañón y mi napalm hayan quitado a los indios las ganas de arrancar las cabelleras de vuestros hijos y de los míos, y que millones de yids hayan encontrado aquí una casa lo bastante grande como para acogerlos”. En cuanto hayamos acabado este capítulo, añade, “el de la violencia, entonces será vuestro turno, el turno de declamar vuestro texto. Produzcan para nosotros una hermosa cultura, unos valores, el humanismo. Hagan la amistad entre los pueblos, la luz de las naciones, todo lo que quieran, la moral de los profetas. Hágannos un Estado judío humanista por el que todo el mundo se felicitará, y por el que ustedes se felicitarán los primeros”. Sharon, aclaremos, llama yids, lejos de su uso lingüístico estricto, a “los pequeños judíos pacifistas y antisionistas” a los que hay que amenazar cuanto haga falta para que entiendan que no tienen más casa que Israel: “yo haré lo que sea necesario para echar a los árabes lo más lejos posible de aquí, lo que sea para suscitar el antisemitismo, y ustedes escribirán poemas sobre la triste suerte de los árabes y acogerán a los yids que yo habré hecho que se refugien aquí”.

Planteado en los términos meridianos de Sharon, podemos decir que los sucesivos gobiernos sionistas no han expulsado, matado o encerrado suficientes palestinos como para que Israel sea ya un ‘país normal’. Están en ello; están aún dedicados a hacer “el trabajo sucio” que el ex-primer ministro, muerto hace dos años, hubiese querido hacer más deprisa. Pero el “esquema” es siempre el mismo.

En el plano de la acción, conquistar territorio, levantar muros, matar gente, ahogar Gaza, abortar cualquier atisbo de paz. En el plano de la hasbara, identificar antisionismo y antisemitismo a fin de desacreditar toda resistencia y toda crítica, incluidas las de los judíos e israelíes “cantarines y vegetarianos”, y apuntalar como una necesidad defensiva la empresa colonial en Palestina. Estamos —seguimos desde 1947— en pleno “trabajo sucio” y por lo tanto todos los judíos del mundo y, desde luego, todos los israelíes, deben ser de un modo u otro “soldados de Israel”, pequeños sharones dispuestos a colaborar en esta obra magna de construir, como hicieron los europeos, un “Estado humanista” sobre las ruinas humeantes del asesinato, el saqueo y la injusticia.

Israel, en efecto, no es un país normal. Y no porque pretenda ser un Estado judío —anomalía religiosa incompatible con la democracia— sino porque se sostiene cotidianamente sobre la negación colonial del pueblo palestino. Casi todos los Estados, dirá con razón Sharon, se han construido así. Es verdad. También las pirámides se construyeron con esclavos. Pero a lo que obliga eso es a preguntarse si queremos construir otra pirámide y, en caso de responder afirmativamente, si debemos restablecer la esclavitud para construirla. Ningún país es del todo normal y sus pequeños certificados de penales, leídos en voz alta, deberían servirnos sobre todo para no repetir los mismos crímenes.

Pero digamos que, desde la cúspide de millones de cráneos, desde la frágil conciencia democrática adquirida en el siglo XX a tan alto precio, hoy sabemos que hay dos formas de forjar un país normal. Una, clásica, la de matar o esclavizar a todos los que “nos sobran” confiando en hacer olvidar luego a nuestras víctimas. La otra, nunca del todo justa pero sí más razonable y pacífica, mediante el respeto de las leyes internacionales, el reconocimiento del otro y la negociación.

Digamos la verdad sin escandalizarnos demasiado: Israel no debía haber existido nunca y no fue la presencia legítima de inmigrantes de religión judía en Palestina la que reclamaba su existencia; Israel es la obra del antisemitismo europeo, de la limpieza étnica del 47-48 y del doble colonialismo europeo y sionista. Pero Israel existe y algunos millones de seres humanos se sienten no sólo judíos sino también israelíes, lo que complica mucho, sin duda, la des-sionización imprescindible, condición de cualquier solución.

Cualquiera que sea, en todo caso, esa solución —dos Estados, uno binacional o uno ciudadano, laico y democrático— su viabilidad pasa por normalizar Israel en sentido no-sharoniano; presupone, es decir, obligar a su gobierno a levantar el asedio a Gaza, derribar los muros, devolver las tierras y las casas, permitir el retorno de los refugiados; es decir, terminar con la ocupación de Palestina y reconocer a su pueblo y a sus representantes. Esta condición justifica el creciente pesimismo de los defensores del Derecho, pero nos exige —puesto que los palestinos no se rinden— un mayor compromiso y determinación.

Escribía el admirable juez antimafia Roberto Scarpinato que “Italia es el país más moral del mundo” porque la existencia capilar, totalitaria, de la mafia obliga a cada uno de sus habitantes a tomar en cada instante “la decisión moral de decir no” -o claudicar. Ocurre en todos los países en mayor o menor medida y no deberíamos olvidarlo cuando votamos, trabajamos o hacemos la compra: es la necesidad misma de la política como elección cotidiana.

De ahí que haya que admitir, en este sentido, y más en un mundo globalizado, que ningún país está completamente normalizado. Tampoco España. Italia menos. Y menos aún Israel. En los países no normalizados todos los ciudadanos, por el solo hecho de serlo, deben decidir moralmente su existencia; mucho más los intelectuales, los académicos o los artistas, cuya responsabilidad, proporcional a su poder e influencia, es también mayor. En Israel todos los israelíes están obligados a escoger todos los días —cuando encienden la luz, van a un restaurante o, claro, hacen la mili— entre la normalidad sharoniana o la normalidad humana; en cada gesto aceptan o no la ocupación de Palestina y se unen o no, de esa manera, al trabajo sucio en curso. Los intelectuales y artistas de forma muy particular. Es posible decir “no”, como lo demuestran los casos de muchos judíos y muchos israelíes que lo hacen sin parar: pienso, por ejemplo, en Yuri Avneri, en Amira Hass, en Gideon Levy, en Norman Finkelstein, en Shlomo Sand o en Ilan Pappé.

Muchos, por desgracia, dicen sí a Sharon y a su proyecto de normalidad destructiva. Digo todo esto —y es a donde quería llegarx0— por el caso del cantante Idan Raichel, que actuará el próximo jueves 3 de marzo en la sala Caracol de Madrid. Tengo la suerte de no haber oído sus canciones. No voy a oírlas. Se puede ser un canalla y hacer una música excelente; y, si hubiese oído ya sus canciones y me gustase su música, me resultaría difícil, al mismo tiempo, no reconocer su calidad y seguir disfrutándola con alegría. ¿Por qué no quiero que me guste? Porque Idan Raichel, que se presenta a sí mismo como “embajador cultural de Israel” y se enorgullece de la historia reciente de Israel, como si fuese ya un país normal, defiende sin pudor y en tono desafiante la tortura de los palestinos.

Su concierto, por lo demás, forma parte de la iniciativa Marca Israel lanzada en 2006 por el gobierno de Tel Aviv y cuenta con el apoyo y colaboración de la propia embajada de Israel en España, y ello en el marco de la campaña cultural de normalización de la ocupación y criminalización de sus críticos. Desde aquí quiero unirme a la petición de la RESCOP y pedir a mi vez a la sala Caracol la suspensión del concierto o, en su defecto, el boycot de los madrileños.

Decir “no” a los israelíes que dicen “sí” a “la normalidad de Sharon” es el mínimo de ética y compromiso que debemos a los palestinos y, más importante, un pequeño paso hacia la viabilidad de la otra normalidad, la decente, la humana, la que no quiere construir pirámides y menos restableciendo la esclavitud; la que exige, como presupuesto de toda solución, el fin de la ocupación de Palestina y de los medios concretos que la prolongan: bloqueos, bombardeos, colonias, expulsiones, voladura de casas, asesinatos, encarcelamiento, torturas. No basta con que los palestinos digan no; no basta con que digan no algunos israelíes valerosos; tenemos que decir “no” todos los ciudadanos normales en todos los países seminormales del mundo, porque solo presionando a Israel, deslegitimando su propaganda y entorpeciendo sus relaciones ‘normales’ con gobiernos, universidades e instituciones y organizaciones culturales lograremos quizás un poco de normalidad verdadera en Oriente Próximo y, por eso mismo, en el mundo entero.

Fuente: Santiago Alba Rico, Blog Público - España

Delegación israelí visitó Arabia Saudí


El Canal 10 de la televisión israelí ha informado de que una delegación israelí ha visitado la capital saudí, Riad, en las pasadas semanas.

El canal añadió que la delegación sionista estuvo encabezada por un prominente responsable político israelí.

La visita no fue la primera de una delegación israelí al reino wahabí, pero el Censor Militar Israelí prohíbe las informaciones acerca de las mismas, indicó el Canal 10.

“Hay mucha actividad en las relaciones entre Israel y Arabia Saudí. Existen innumerables encuentros, pero no podemos hablar de ellos”, lamentó el canal.

El rey Salman bin Abdul Aziz y los príncipes saudíes no se muestran avergonzados por sus vínculos con Israel, pero prefieren que éstos permanezcan en secreto, añadió el reportaje.

El Canal 10 citó a responsables saudíes que dijeron durante las reuniones que ellos no están interesados en la causa palestina. Sin embargo, ellos quieren el apoyo de Israel en contra de Irán.

“Israel ha logrado establecer relaciones estrechas con los estados árabes “sunníes” moderados en la región, incluyendo Egipto y los estados del Golfo Pérsico”, dijo el medio israelí. Él se refirió al “eje shií dirigido por Irán” como el adversario común de ambos.

En los últimos tiempos, las filtraciones israelíes de encuentros entre responsables saudíes e israelíes se han multiplicado. Sin embargo, los saudíes quieren que sean secretos debido a la falta de interés israelí por arreglar el conflicto con los palestinos. Los dirigentes saudíes creen que tales vínculos, si son hechos públicos, dañarían su imagen aún más en el mundo árabe. Pese a todo y a juzgar por los hechos, la normalización entre los regímenes saudí e israelí parece ya un hecho consumado.


Fuente: Almanar.com.lb

PALESTINA RECHAZA PLAN DE PAZ PROPUESTO POR JOE BIDEN


El presidente de Palestina, Mahmud Abás, rechazó la supuesta propuesta "de paz" presentada por el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, para reactivar las negociaciones con el régimen israelí.

La decisión se tomó en una reunión celebrada entre Biden y Abás en Ramalá el pasado miércoles y según medios locales el rechazó se debió a que "la iniciativa estadounidense no presenta ideas novedosas".

Fuentes cercanas a la presidencia palestina revelaron que el plan propuesto incluía designar el este de Al-Quds (Jerusalén) como capital del Estado palestino y congelar la construcción en los asentamientos israelíes a cambio de que los palestinos reconocieran a Israel como "Estado judío".

De igual manera, el proyecto plantea la derogación del derecho de retorno de los refugiados.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, arribó el martes a Israel en el marco de su gira por Medio Oriente para fortalecer los planes de "seguridad y defensa" que mantiene su país en esa región del mundo. 

Biden negocia con Israel un nuevo paquete de "ayuda" militar a esa nación, que actualmente mantiene un asedio contra el pueblo palestino, con el apoyo de Occidente.

Fuente: Extraído desde teleSUR

domingo, 6 de marzo de 2016

La gran mentira sobre la creación de Israel

Un desgarrador documental de Lia Tarachansky, Al borde de la carretera, revela la gran mentira en el corazón del mito de la creación de Israel

Por Douglas Valentine

Dissident Voice


Tarachansky tuvo que romper muchas barreras, tanto personales como sociales, para producir este documental sobre la Nakba, “la catástrofe de 1948”, cuando aproximadamente 750.000 palestinos (un número que ha aumentado hasta el millón y medio de refugiados que viven en campamentos durante los últimos 67 años) fueron expulsados de sus hogares y forzados a vivir en campos de refugiados, donde se les niega los derechos humanos más básicos.

El reto más difícil que Tarachansky tuvo que superar fue el de sus propias creencias, profundamente arraigadas. Tarachansky nació en Kiev en 1984, y como ella describió en una entrevista, “Era una época de cambio, una realidad incierta. A la edad en la que estaba aprendiendo a leer, mis padres se separaron, se produjo la crisis nuclear de Chernobyl y el colapso de la Unión Soviética. Yo era muy joven por entonces para comprender lo que estaba pasando, cuando fuimos evacuados de la ciudad y nos vimos envueltos en una difícil situación económica”.

Su madre, sionista, cogió a Lia y su hermana y se fueron a Israel, donde, según su madre les había dicho, “los monos comen plátanos sentados en las palmeras y todo el mundo es judío”.

Este fue uno de los primeros mitos en esfumarse. Su madre, Ingeniero informático, encontró trabajo para cambiar pañales en una residencia de ancianos, y Lia pasó de “ser la única judía en la guardería de la Unión Soviética, a la única rusa de la Escuela Primaria de Israel”.

“Pasamos de la fachada de la supuesta igualdad entre todos los compañeros, a la facha de la supuesta igualdad entre todos los judíos”. Pero pronto descubrió que “Israel está formado por una sociedad con muchos estratos, incluso entre los judíos, en relación al acceso a la justicia y los derechos”.

A medida que fue creciendo en el asentamiento de Ariel, en la Cisjordania ocupada, Tarachansky empezó a oír rumores de que en esa tierra no solamente vivían judíos. Por extraño que esto pueda parecer, los colonos no tenían ningún contacto con los palestinos de alrededor. Los habitantes árabes de Israel estaban marcados como terroristas, que tenían la intención de matar a los colonos judíos, y que por lo tanto había que evitar a toda costa.

Por desgracia, estos estereotipos resuenan como verdades indiscutibles en Estados Unidos, que respalda oficialmente la guerra de desgaste de Israel contra el pueblo palestino. Recientemente se aprobó una ley en Illinois que considera ilegales las inversiones en fondos de pensiones en organizaciones que apoyen al movimiento Boicot, Sanciones y Desinversiones (BDS).

Del mismo modo que ocurre en Estados Unidos, por motivos raciales, culturales, por prejuicios religiosos, se dictan normas sociales injustas en Israel, que determinar las políticas represivas de su Gobierno. El resultado: los judíos celebran y legalizan su superioridad étnica y creer tener derecho moral para discriminar a los palestinos.
Dándose de bruces con la realidad
Cuando Lia Tarachansky era una colono sionista, se identificaba con los judíos israelíes. En lugar de condenar su comportamiento, observaba y trataba de entender su transformación personal, y la de otros israelíes que trataban de desentrañar las premisas dadas por sentado, que sin embargo eran falsas. El documental de Tarachansky refleja la lucha de esas personas que tratan de hacer frente, de manera honesta, a la Nakba. Esta capacidad de pensamiento crítico y reflexión es lo que permite a Tarachansky mostrar de manera convincente cómo y por qué los sionistas se han encerrado en su propia prisión, forjada por ellos mismos.


Como ella explica, el documental está rodado desde el punto de vista del retorno, un retorno a la cordura.

El documental empieza un tranquilo 15 de mayo, Día de la Independencia, con sus fuegos artificiales sobre el cielo nocturno y con Eitan Bronstein de Zochrot ( una ONG dedicada al descubrimiento de la verdad y la sensibilización sobre la Nakba) colocando carteles y repartiendo propaganda, en la que aparece un árabe con una llave intentado abrir la puerta de su antigua casa.

Y como contrapunto, en lo que algunos ven una amenaza mortal, una mujer israelí proclama con orgullo: “Soy racista”. Y esta mujer le dice a Bronstein: “Es una lástima que todavía gente como usted siga con vida”.

Lo que hace Bronstein no está muy bien visto en Israel. Es una lucha contra una opinión pública muy extendida, y contra un Gobierno que promulga leyes para tratar de ocultar la verdadera historia de la Nakba, y los intentos de lavar la cara ante los pecados de Israel. Una propuesta de ley que quiere convertir en ilegal estar de luto el Día de la Independencia. De modo que lo que hace Bronstein es considerado un crimen. Es una ley antidemocrática, racista, discriminatoria, pero se ha levantado alguna voz en contra: Dov Yermiyah, miembro de la Knéset (Parlamento de Israel) mostró su oposición a la aprobación de esta ley, que finalmente fue aprobada por 37 votos contra 25. La mayoría de los 48 miembros de la oposición no votaron en contra, sino que simplemente se abstuvieron.

Ir en contra de una sociedad no es fácil, incluso contra una sociedad que toma medidas inmorales. Pero siempre hay alguien que resiste: en el documental de Tarachansky aparece también Tikva Honig-Parnass. Criado en el seno de una comunidad judía de Palestina, Honig-Parnass luchó en la guerra de 1948 y más tarde ocupó el cargo de Secretaria del Partido Unificado de los Trabajadores en la Knéset (1951-54). Desde entonces, ha desempeñado un activo papel en los movimientos en contra de la segunda fase de la ocupación, que comenzó en 1967, así como en la defensa de los derechos nacionales de los palestinos.

En el documental de Tarachansky, Honig-Parnass visita el pueblo en el que participó en su destrucción. Ahora se encuentra en esa lucha personal para superar la negación. Tikva explica por qué ella y sus compañeros se creyeron las mentiras que les contaban sus líderes en 1948. El alcalde del asentamiento de Kedumin, Shosgana Shilo, dice en el documental : “Una tierra vacía. Sólo árabes y malaria”.


Dicen algunos que la causa era justa, pero los judíos eran una minoría en Palestina en 1948. La mayoría comenzó a llegar en 1948 tras las purgas. Por otro lado, los angloamericanos repartieron Palestina sin consultar previamente con la mayoría de los palestinos, y los que fueron consultados rechazaron el plan. Aunque no se puso en práctica el plan de la ONU, como explica Gary Leech: “La población judía de Palestina anunció unilateralmente la creación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948” (1).

“A finales de 1949, Israel ya había destruido más de 400 pueblos palestinos, matado a miles de civiles y otros muchos habían sido desplazados, que acabaron en campos de refugiados en los países árabes vecinos. En otras palabras, el pueblo judío, que acababa de sufrir los horrores del Holocausto, estaba llevando a cabo, según Pappe, la limpieza étnica del pueblo palestino”, dice Leech.

“No nos importaba dónde se iban. Váyanse a Gaza, les decíamos mientras les expulsábamos”,dice un veterano que luchó en el Palmaj. En referencia a la masacre de Burayr, un pueblo situado al sur del país, dice: “En aquel pueblo matamos a 70 personas”.
Haciendo frente a los hechos
Lia Tarachansky comenzó su investigación sobre la Nakba después de que madre se volviese a casar y la familia se trasladase a Ottawa, Canadá, cuando Lia tenía 16 años. En Canadá, a una gran distancia de los asentamientos y la sociedad cerrada de Israel, comenzó su completa transformación personal. Conoció allí a estudiantes judíos antisionistas, leyó muchos libros, incluyendo el de Ilan Pappe sobre la limpieza étnica de Palestina, y como dijo Sarah Levy en una entrevista, “se encontró por primera vez con un palestino” (2).

“Una de las cosas que más que conmovieron fue cuando tuve por primera vez una conversación con un palestino. Eso fue en la Universidad de Canadá. Estaba de pie en algún lugar de la Facultad, y se me acercó pidiéndome mi dirección. Empezamos a hablar y me dijo que yo tenía un acusado acento. Me preguntó de dónde era, y le dije que de Israel. Él, amablemente, me contestó que era palestino”.

“Así que me pidió mi dirección y luego se fue. Y a medida que se alejaba me di cuenta de que había sujetado mi bolso con algo más de fuerza, que todo mi cuerpo estaba en tensión, y que tardé un par de minutos en calmarme, después de haberme sentido aterrorizada como nunca en mi vida. Pero después de ese breve encuentro me di cuenta de que aún sabiendo que yo era israelí, y de que él me dijera que era palestino, no trató de matarme. Fue algo revolucionario para mí, porque durante toda mi vida me habían dicho que los palestinos eran gente descerebrada, sin emociones, primitiva, antisemitas que sólo pretendían matar judíos. Y ahí estaba ese amable chico, sensato, que, sin embargo, era palestino.

“Sé que esto suena mal, pero para mí era algo que no encajaba en todo lo que había conocido hasta entonces. Así comenzó un violento proceso de lucha contra todos los mitos que yo pensaba eran ciertos sobre el conflicto”.


Mientras estudiaba en la Universidad de Guelph, Tarachansky leyó el libro de Stanley Cohen “Estados de negación: ensayo sobre atrocidades y sufrimiento”. A medida que se fue concienciando, cambió su trayectoria profesional, y de la Medicina pasó a ejercer el Periodismo, y finalmente consiguió un empleo en The Real News Network. Trabajó como corresponsal en Israel y Palestina, y allí, como parte de su trabajo, se dedicó a la investigación. Consultó archivos, mapas, se interesó por la ubicación de pueblos que habían sido abandonados y destruidos durante la Nakba. Habló con veteranos de las expulsiones de 1948, uno de los cuales, Amnón Noiman, se entrevistó durante un período de 4 años para la realización del documental.
Noiman es el protagonista del documental. Es un octogenario con buen humor, que todavía se pregunta si su matrimonio con una duración ya de 56 años, puede continuar. Es inteligente y ameno, pero atormentado. Se enfrenta a aquellos sucesos, y junto a Tarachansky visita los lugares donde él y la Palmaj ( fuerzas de choque de la Haganá) mataron a miles de personas y otras muchas fueron expulsadas, quemando luego sus tierras.

“ Es algo que no puedo olvidar. Salieron corriendo y les disparamos… Tenía 19 años. Era un inconsciente. Por eso estoy tan atormentado, y porque siempre habrá jóvenes de 19 años…”.

Cuando los árabes volvieron para podar sus vides con sus familias, tierras que venían cultivando desde hace siglos, las milicias sionistas les emboscaron y dispararon contra ellos.

“La mayoría de aquellas gentes fueron abandonadas a su suerte, porque después de aquellas masacres y de disparar a unas cuantas personas en la cabeza… no es necesario insistir para que la gente huya”, dice Eitan Bronstein.

“El principal proyecto desde el año 1948 es el de cerrar la puerta y evitar su regreso. La Nakba tiene como objetivo central el impedir el regreso. Y desde entonces hemos impedido y negado el derecho al retorno”.

“Sin comprender lo que pasó en 1948, simplemente no se puede entender el lugar donde uno vive, y nosotros los israelíes no tenemos ni idea del conflicto en el que vivimos”.

Los palestinos fueron expulsados de sus tierras, en las que habían vivido durante miles de años, y en las que los judíos se asentaron. Mientras que el documental no trata tanto de los palestinos como del autoengaño en el que incurren y pervierte la conciencia colectiva de los israelíes, sí incluye la visión de Khalil Abu Hamdeh, cuyos abuelos fueron expulsados en 1948. Aquellas familias están viviendo desde entonces en Cisjordania, bajo el yugo de la ocupación israelí.

Hamdeh pudo participar en el documental de Tarachansky después de que éste consiguiese permiso para abandonar el campo de refugiados de Asqar donde vive, cerca de la ciudad norteña de Nablus, en Cisjordania. El campamento se parece a un zona bombardeada de Belfast, con niños escuálidos jugando entre los escombros, Juntos visitan Qaqun, el pueblo de donde huyeron sus abuelos. Qaqum es ahora Parque Nacional. El pueblo de su abuelo, cerca de Jaffa, fue arrasado.
“¿Cómo es posible que tres años después del Holocausto del pueblo judío, éste mate, robe, y cometa otras atrocidades?”, pregunta Tarachansky a uno de los veteranos.
Hohig-Parnass responde: “Es un error pensar que una experiencia personal, como la pérdida de la familia en el Holocausto, sirva para tener una visión más humanitaria del mundo. Todo lo contrario, no es la experiencia personal lo que nos mueve, sino la ideología que utilizamos para interpretarla”.
El documental recorre el período de tiempo de un año, y termina con Eitan Bronstein en su protesta del Día de la Independencia de Israel. La Policía vigila detenidamente, ya que está dispuesta a distribuir folletos con los nombres de las aldeas destruidas durante la Nakba. Los policías dicen que se trata de materiales que alteran la paz.
Un soldado que observa el alboroto que se está formando se acerca y dirigiéndose a la cámara dice: “Tiene usted suerte de que la Policía esté aquí, pues de tener la oportunidad nos gustaría darle un tiro”.

Los policías sonríen.
Enlace del vídeo https://vimeo.com/65278501
Lia Tarachansky, que fue colona en la Cisjordania ocupada,
observa la amnesia colectiva de los israelíes
sobre los sucesos de 1948, año en el que surge el Estado de Israel
y la mayor parte de los palestinos se convirtieron en refugiados.
Sigue el proceso de transformación de los veteranos,
de aquellos que intentan evitar que se niegue la realidad de una guerra
que cambió aquella región para siempre.
Tarachansky vuelve con su cámara al mismo lugar donde ya
vive una nueva generación, todavía entre muros y aislada
de su alrededor.
Intentando aportar luz sobre uno de los mayores tabúes de la sociedad israelí,
la reciben con desaire y violencia.

Hace poco tuve la oportunidad de entrevistar a Lia Tarachansky. Ya nos conocíamos. Lia contribuyó con un poema a una antología, Con los ojos bien abiertos: Poemas del Nuevo Siglo Americano (3). Su poesía, a igual que sus documentales, muestran las contradicciones de la sociedad israelí. Antes de comenzar la entrevista, me gustaría reproducir el poema que escribió sobre la Nakba:
La esposa del acusado
La esposa del acusado tiene 23 años. Está embarazada de ocho meses. Todavía tiene espinillas en la cara. Está muy pálida. Pone el codo en ángulo recto contra su espalda. Como si de una vieja se tratara. El día en que su marido desapareció, ella también abandonó la casa.
Conoce muy bien cómo actúa el ejército. No quiere morir cuando vayan a demoler su casa.
Sobre ella no recaen cargos, ni hay orden judicial, Vinieron con mazos y lo rompieron todo.
Va a casa de sus padres. La noche siguiente vinieron con perros. Y con mazos. Y la emprendieron con lo que quedaba. Después vino un vehículo del ejército a casa de sus padres y se la llevaron.
Se dirigieron a su casa y la vigilaron. Después volaron su vivienda, y les obligaron a verlo.
A la esposa del acusado y su hijo todavía no nacido.
Barrio de Manshiyeh, en Jaffa, después del asalto judío.
Douglas Valentine (DV): Hola Lia. Muchas gracias por responder a algunas preguntas sobre un tema muy complejo. En una reciente entrevista usted dijo que el último ataque contra Gaza sacó del armario a muchos fascistas. ¿Cómo se manifiesta el fascismo en Israel? ¿Es la ley de la Nakba una manifestación del fascismo y el racismo israelí?

Lia Tarachansky (LT): El fascismo en Israel es complejo y se manifiesta de muchas formas diferentes. A principios del siglo XX, el fascismo se mostró como un movimiento social que obligaba a todos a someterse a una misma forma de pensar. Israel no es un Estado fascista porque no ejerce mucha presión sobre los judíos israelíes para que estos acepten lo que se les dice. Es fácil adoctrinar a un pueblo que está dispuesto a ser adoctrinado. Cada uno de los judíos israelíes forma parte del Ejército, o al menos conoce a alguien que está en el Ejército, de modo que las actuaciones del Ejército se consideran legítimas y lejos de toda crítica, y, consecuentemente, también las políticas llevadas a cabo por la cúpula militar. Esta doctrina se cuela por todas partes, tantos en los medios de comunicación como en las escuelas. Todo ello lleva a una ignorancia colectiva por parte de los israelíes, justificando la realidad y ocultando la situación de los palestinos. También juega un papel muy importante la negación colectiva… En este ambiente es fácil que surjan movimientos fascistas, como ya hemos visto, y que se han dado a lo largo de la historia de Israel y ahora cada vez con más fuerza. Durante el ataque a Gaza de este verano, vimos a gente atacando a cualquiera que hablase árabe o a cualquier árabe que apareciese por las calles de Jerusalén, con las turbas corriendo por las calles, tanto en Jerusalén como en Tel Aviv, gritando “Muerte a los árabes” y “Convirtamos a Gaza en un cementerio”, como se puede haber visto en las noticias de The Real News Network. Estas personas creen que Israel es un Estado judío y que sólo debe ser para los judíos, y cualquiera que sea diferente debe ser silenciado, y , si es necesario, por la fuerza. No echo la culpa sólo a unos pocos radicales, sino que hablo directamente del Primer Ministro, que incita y permite que los políticos de su Gobierno inciten a las masas a actuar de esa manera. Además, desde la esencia misma del Sionismo, nunca se ha definido qué significa un Estado judío: ¿Un Estado religioso judío? ¿En Estado judío en su mayoría? ¿Un Estado sólo para los judíos? Estas ambigüedades son las que permiten todo tipo de interpretaciones, incluyendo las fascistas.
DV: ¿Qué es exactamente la Ley de la Nakba?
LT: La Ley de la Nakba es una propuesta del año 2009, y en su versión más diluida, de 2011. Esencialmente esta ley prohíbe a cualquier organización que destine parte de su presupuesto ( tales como fondos, centros comunitarios o escuelas) a la celebración de la Nakba en el Día de la Independencia de Israel. De hacerlo, sus presupuestos quedarían recortados en una cierta cantidad. El principal impacto que esta ley tiene no es tanto el económico que pueda suponer, sino el efecto de enfriamiento entre la población de Palestina (el 20%) y otros ciudadanos de Israel para conmemorar aquella tragedia que se inició en 1948, cuando dos tercios de los palestinos que vivían en esta tierra se vieron obligados a abandonar. Se ha criminalizado la historia y el dolor de los sobrevivientes y supone el envío de un mensaje claro de que sólo una versión de la historia es la legítima: la versión del vencedor.

DV: ¿Cómo es la vida en los asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada, en contraposición a la vida en los campos de refugiados palestinos?

LT: Vivir en un asentamiento israelí en Cisjordania es como vivir en cualquier suburbio estadounidense. La ciudad está estructurada como los suburbios estadounidenses y sirve como una ciudad dormitorio para las personas que trabajan en el centro del país y quieren una amplia zona de expansión, de la que no podrían disfrutar de vivir más cerca de su lugar de trabajo. Hay muchos puestos de trabajo en los propios asentamientos, a excepción de los nueve parques industriales ( que en su mayoría están atendidos por los palestinos de Cisjordania). Estos barrios privados están rodeados por vallas y muros, con numerosos puestos de control, con la presencia de los militares, lo que crea una burbuja de feliz ignorancia en el entorno. Hasta que me fui de este lugar no conocí los nombres de los pueblos palestinos del entorno de Ariel, y, por supuesto, nunca conocí a nadie de allí. Fui criada haciéndonos creer que estábamos defendiéndonos de sus habitantes no naturales, los enemigos, y que todas las comunidades palestinas eran algo peligroso y extraño. No puedo decir cómo es la vida en los campos de refugiados, ya que yo vengo de una familia judía privilegiada, y sólo puede conocerla por las informaciones que me dan las visitas y los amigos de los campamentos de refugiados palestinos, pero puedo asegurar que la vida es muy dura. En esencia, los mismos territorios que fueron asignados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), tanto en 1948 como en 1967, son los ahora existentes. El campo de refugiados de Balata, en Nablus, al norte de Cisjordania, tiene, por ejemplo, un kilómetro cuadrado. Ya son tres generaciones las que viven en estas precarias condiciones, donde las calles son más bien callejuelas. Estos campos tienen un acceso limitado a la electricidad y están atrapados en un limbo legal respecto a sus derechos, de modo que quedan en una situación de inseguridad.

DV: ¿Cómo se ganan los palestinos la vida en Israel?

Alrededor de un cuarto de millón de palestinos trabaja en Israel. Muchos reciben permisos de la Administración israelí que se hace cargo de la Ribera Occidental (Cisjordania), conocida como laCOGAT. Este organismo trabaja con diversas agencias de seguridad de Israel para decidir a quién dar permisos y a quiénes denegárselo. Los primeros en la lista de las denegaciones de permisos de trabajo son aquellos cuyas viviendas han sido demolidas o cuyos familiares han sido asesinados por las fuerzas israelíes, ya que “existe mayor riesgo de venganza”, de acuerdo con las normas de la COGAT. La mayoría, por tanto, tienen que aceptar un trabajo precario o no tienen permiso. Esto demuestra dos cosas. La primera es que los muros de seguridad o los muros de segregación no han impedido los ataques suicidas, como afirma el Gobierno israelí, porque si cualquiera puede colarse, también lo harán los terroristas. Esto viene a demostrar que el muro lo que viene a hacer es asegurar la apropiación de tierras por parte de Israel, como lo atestigua su recorrido por Cisjordania, que no va a lo largo de la Línea Verde anterior a 1967. Lo segundo que demuestra, es que la gran mayoría de los palestinos simplemente quieren vivir con dignidad, ganar para vivir y criar a sus hijos, algo que debe dar esperanza a la gente de Israel.

La mayoría de los palestinos que trabajan en Israel lo hacen en la construcción o en los puestos más bajos de la Industria de servicios, tales como lavar platos o limpiar. Abandonan Cisjordania durante toda la semana, durmiendo en el propio lugar de trabajo o en apartamentos alquilados por tres o cuatro personas, para luego regresar con sus familias los fines de semana y aportar el dinero que les permita la subsistencia. Hay que añadir que según los Acuerdos de Oslo, si Israel recauda los impuestos de estos trabajadores tendría que transferirlos posteriormente a la Autoridad Palestina para ser devueltos a los trabajadores, pero esto es algo que nunca se ha hecho, por lo que se puede asegurar que estos trabajadores pagan los impuestos en Israel, aunque no sean ciudadanos de Israel, no beneficiándose de ningún servicio por el pago de los impuestos, que en buena parte sirven para el pago de las infraestructuras de la ocupación.

DV: ¿Hay razones económicas para la opresión de los palestinos? ¿No sirven como mano de obra barata para los israelíes?

LT: Sí, esta es una de las razones principales. Pero como hemos podido observar desde la Segunda Intifada, también pueden ser fácilmente sustituidos por trabajadores emigrantes procedentes de Asia y Europa del Este. El beneficio económico responde a una serie de complejas razones. En primer lugar, los palestinos son un mercado cautivo de muchos productos israelíes, tanto en Cisjordania como en Gaza. En segundo lugar, la principal Industria de Israel es la armamentística, que tiene la ventaja de que se puede probar en la población palestina su efectividad, tecnologías desarrolladas para la Seguridad de la Patria, y que Israel luego exporta al resto del mundo; sistemas de vigilancia de alta tecnología y herramientas de recopilación de datos desarrolladas por las agencias de inteligencia israelíes, para el control de la población palestina, que luego venden al resto del mundo.

Estas son sólo dos maneras mediante las cuales Israel se beneficia de la ocupación. Para saber más sobre la cuestión económica de la ocupación, le recomiendo el trabajo de Shir Hever, que escribió Economía política de la ocupación de Israel, que recoge datos del centro de investigación Al Shabaka o de los trabajos del Dr. Neve Gordon, cuya página web http://israelsoccupation.infodispone de una gran cantidad de información.

DV: ¿Cree que el movimiento BDS ayudará a que Israel modere sus políticas de opresión hacia los palestinos?

LT: No lo sé, pero creo que las tácticas utilizadas hasta ahora no han creado las condiciones para que los israelíes se sienten en la mesa de negociaciones con otro talante distinto del que han exhibido hasta ahora. Tal vez sirvan como medidas de presión para avanzar en el mismo sentido que en la Sudáfrica del Apartheid, pero espero que lo que pudiera ocurrir después sea mucho más positivo que lo que les ha pasado a ellos.

DV: Israel debiera devolver a los palestinos todo lo que les ha robado. ¿Cuál cree que es la solución a este problema?

LV: No creo que se pueda simplificar el conflicto en estos términos, pero hay bastantes soluciones sobre la mesa. Como seguro que usted ya conoce, la solución no es la de los dos Estados, sino un solo Estado, y más concretamente lo que se denomina la Solución Suiza: una federación o confederación multinacional. Me asusta ese tipo de pensamiento que cree que cada problema tiene una única solución, o que todo lo que de destroza puede rehacerse de nuevo. Creo que el trabajo que tenemos que hacer para reparar el gran daño que hemos causado será una obra de varias generaciones y extremadamente compleja, pero, evidentemente, el primer paso es el de la igualdad, desde el río hasta el mar.

DV: ¿Nunca a los palestinos se les permitirá regresar a sus hogares?

LT: No sé lo que pasará en el futuro, pero creo que cualquier solución que no contemple el problema de los refugiados palestinos será rechazada por las autoridades palestinas, si es que desean sobrevivir al apretón de manos de llegarse a un acuerdo.

DV: Hay una guerra de información de la que depende el apoyo internacional a Israel. ¿Cómo se las arregla Israel para quedar como la víctima cuando es sin lugar a dudas el que agrede y aplica políticas racistas?

LT: Creo que Israel se encuentra en un contexto diferente al de los regímenes coloniales en África, en el sentido de que se ha creado a causa de la opresión. De no ser por el antisemitismo europeo, Israel no existiría. Se creó como resultado de los crímenes cometidos contra el pueblo judío, lo que ha dado lugar a un sentimiento de victimización en la psique colectiva, que va a tardar varias décadas en desaparecer. Esto, sin embargo, es algo independiente de las políticas de Israel. El Gobierno de Israel juega con esta psique colectiva, creando un estado de conciencia, tanto en Israel como en el exterior, para así conseguir el apoyo en otros países. Lo más importante, sin embargo, es que Israel sirve como un laboratorio para sus amigos, y su hundimiento ( fruto de su política racista y agresiva a la que he aludido) será el final para ambos de ese largo experimento colonialista, y también de la idea de que no se puede mantener un Estado para un grupo a expensas de otro. Sería una Etnocracia, según el término definido por Oren Yiftachel, el Estado definido por Israel, que es el tipo de Estado que muchos europeos quisieran para su país. De momento sólo estamos viendo esta batalla en el laboratorio israelí, donde hay muchas víctimas, como los palestinos, pero también están los refugiados africanos, los trabajadores emigrantes… A los judíos israelíes se les incita en contra de una sociedad multicultural, en contra de los valores de la Democracia y de una guerra no perpetua.

DV: A las personas que apoyan el movimiento BDS se les calumnia muy a menudo como antisemitas. ¿Forma parte de la política de Israel, no declarada, de calumniar públicamente como antisemita a todo aquel que critique sus políticas?

LT: No sé lo que el Gobierno de Israel hace de forma intencionada o no, pero es perversión del verdadero antisemitismo afirmar que las críticas al Estado de Israel es una forma de antisemitismo. Creo que nos intentan ocultar el verdadero antisemitismo, y en mi opinión este tipo de perversión es muy peligrosa.

DV: En un intento de limitar la libertad de expresión a los ciudadanos estadounidenses, los representantes de Illinois votaron de forma unánime para que los fondos de pensiones estatales no participasen en el movimiento BDS. El Congreso de Estados Unidos envía todos los años 3000 millones de dólares a Israel, pese a las objeciones de un creciente número de estadounidenses. ¿Cómo se las apaña Israel para obtener siempre el apoyo incondicional de Estados Unidos y de Canadá?

LV: Creo que usted debiera hacer pregunta a los periodistas estadounidenses y canadienses para que le diesen razón de ello.

DV: Usted ha hecho varias giras por Estados Unidos, Canadá, Europa e Israel para presentar su documental. ¿Cómo ha sido recibido? ¿Por qué son distintas las reacciones según la región en la que lo ha presentado? ¿Son conscientes de la Nakba los no israelíes? ¿Se preocupan de ello?

LT: He sido muy afortunado por haber podido proyecto mi documental en Europa, Canadá y Estados Unidos, así como en Israel y Palestina, y puedo decir que ha sido muy bien recibido. La mayoría de la gente que ha visto el documental reflexiona, que es lo que todo cineasta desea del público. Para muchos personas no resulta cómoda, ya que refleja una realidad de Israel que muchos no desean, o bien no quieren ver. He hecho todos los esfuerzos posibles para comunicarme con aquellas personas a las que les resulta incómodo lo que se dice en el documental, pero resulta difícil comunicarse con tantas personas a la vez. Invito a la gente a que intente ver la realidad por sí mismos, y espero que este documental les ayude, en la medida de lo posible, y comprendan lo que ven.

DV: ¿Cuándo se podrá comprar su documental en DVD, Al borde de la carretera?

LT: Este verano. Invito a los lectores a que lo adquieren en www.naretivproductions.com, donde aparece la fecha exacta del lanzamiento.

DV: ¿Está trabajando en algún nuevo proyecto? ¿Quizás otro documental?

LT: Sí, he terminado otro documental con el periodista canadiense Jesse Freeston. Les invitamos a que lean la información de nuestro sitio web. Se titula Etnocracia en la Tierra Prometida: los refugiados africanos de Israel, y como el título dice, perfila el tipo de Estado que es Israel y por qué niega asilo a aquellos que nunca han estado en conflicto con él y buscan refugio huyendo de las guerras y el hambre. El documental es un encargo de la televisión TeleSUR, que se proyectará en inglés y en castellano este verano.

DV: Muchas gracias

LT: Es usted muy amable.

1.- Gary Leech, Por qué Israel no debe existir.
2.- Desligitimar el Sionismo, dice la cineasta Israelí.
3.- Todavía le estoy cantando

Douglas Valentine es autor de The Hotel Tacloban. Su primer libro de poesía es A Crow’s Dream (Oliver Open Press), publicado recientemente. Puede ponerse en contacto con él en: dougvalentine77@gmail.com. Otros artículos de Douglas en Dissident Voice, o visite su página web.

Procedencia del artículo:
http://dissidentvoice.org/2015/06/the-big-lie-at-the-heart-of-the-myth-of-the-creation-of-israel/#more-58658


Tomado:   Noticiasdeabajo.wordpress.com