viernes, 9 de agosto de 2024

Sinwar representa cambio significativo para HAMAS en diálogo con Israel


El asesinato de Ismail Haniya, líder político de HAMAS, en Teherán el pasado 31 de julio, ha llevado a la designación de Yahya Sinwar como su sucesor. Osama Hamdan, uno de los líderes de HAMAS, comentó sobre esta elección:

"Sinwar fue elegido por unanimidad, lo que demuestra que el movimiento está consciente de la naturaleza de la situación."

Sinwar, el único líder de HAMAS que permanece en Gaza, representa un cambio significativo para el movimiento. Con la muerte de Haniya, Israel ha sustituido a un negociador radicado en Catar por un comandante militar en el terreno, estrechamente vinculado con Irán.

Haniya fue asesinado en la madrugada del miércoles, pocas horas después de asistir a la ceremonia de investidura del presidente iraní. En las semanas previas, los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego y un intercambio de prisioneros habían ganado impulso. La determinación de Haniya, conocido por su pragmatismo entre los líderes palestinos, mantenía vivas las esperanzas de avanzar en las negociaciones de paz.

Este asesinato ha llevado a muchos analistas a sugerir que uno de los principales objetivos fue destruir las perspectivas de un alto el fuego inminente. Por un lado, Benjamín Netanyahu es consciente de que, dadas sus dificultades recientes y su situación judicial, el fin de la guerra podría significar el fin de su carrera política. Por otro lado, la ideología sionista, que sigue siendo una forma de colonialismo de asentamiento, no tiene interés en un alto el fuego que limite su agenda de eliminación de la población palestina nativa.

Es fundamental recordar que la naturaleza colonial de Israel se opone a cualquier iniciativa de negociación. El objetivo final del sionismo no solo es la colonización de los territorios palestinos, sino también la eliminación de toda presencia nativa y resistencia a su proyecto colonial, incluidos los líderes considerados "moderados". Un ejemplo de esto es el asesinato de Ismail Abu Shanab el 21 de agosto de 2003. Un helicóptero Apache israelí disparó cinco misiles contra su vehículo, matándolo junto a dos de sus acompañantes. Abu Shanab, miembro de la oficina política de HAMAS, era considerado el líder más moderado del grupo y no tenía vínculos con su ala militar.

Los líderes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tampoco se libraron de la violencia sionista. Israel intentó aislar políticamente a Yasser Arafat, manteniéndolo sitiado en su cuartel general en Ramalá hasta su muerte el 11 de noviembre de 2004. Arafat, quien en 1988 reconoció el derecho de existencia de Israel en un discurso en Ginebra, no vio ningún cambio en las políticas coloniales israelíes, a pesar de su disposición a buscar la paz y seguridad para Palestina.

La invocación del presunto "derecho" a defenderse frente a la resistencia de las comunidades colonizadas ha sido utilizada por la mayoría de los colonizadores como justificación para avanzar en su proyecto de eliminación de las comunidades nativas. El mantra constante del "derecho de Israel a defenderse" no solo es repetido por el régimen israelí, sino también por gobiernos en Estados Unidos, Europa, Canadá, Australia y otros lugares.

Esta reiteración contribuye a construir un discurso que oculta los crímenes del sionismo al presentarse como la parte afectada. De hecho, se podría argumentar que la ocupación colonial sionista es tan dominante que llega a usurpar el lugar de las verdaderas víctimas. Al invocar el "derecho a defenderse", el sionismo se ampara en una victimización que no le corresponde, intentando ocultar su propia violencia colonizadora.

Como dijo Yahya Sinwar en una entrevista al New York Times en 2018: “Los palestinos prefieren obtener sus derechos de manera pacífica y no violenta, pero también tienen el derecho de luchar por lo que les corresponde”.

Sin tener en cuenta la violencia estructural del sionismo, no es posible entender la respuesta palestina, incluso la violenta, como legítima. Sin considerar el marco colonial, cada acto de resistencia palestina se interpreta erróneamente como el inicio de la violencia.

Por ejemplo, Mohammad Deif, comandante de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, declaró en un mensaje grabado el primer día de la operación Tormenta de Al-Aqsa que el ataque fue una respuesta a la profanación de la Mezquita Al-Aqsa y a la muerte y heridas de cientos de palestinos a manos de las fuerzas israelíes durante el año. En su mensaje, Deif añadió: "En respuesta a los crímenes continuos contra nuestra gente, a la ocupación y la negación de los derechos internacionales y las soluciones, y en respuesta al apoyo de los occidentales y Estados Unidos, decidimos poner fin a la situación actual, para que el enemigo entienda que no puede continuar con sus acciones sin enfrentar las consecuencias".

Las repercusiones del nombramiento de Sinwar como nuevo líder de HAMAS no se han hecho esperar. Sinwar contactó a mediadores egipcios para transmitir un mensaje con condiciones firmes: una retirada completa de las fuerzas israelíes de Gaza y la liberación de detenidos palestinos de alto perfil como parte de un acuerdo de alto el fuego.

Sinwar también informó a los egipcios que está “absolutamente” en contra de que la Autoridad Palestina administre Gaza tras un eventual alto el fuego. La Autoridad Palestina ejerce un control parcial en algunas áreas de la Cisjordania ocupada por Israel, pero ha tenido conflictos con HAMAS durante años. Además, Sinwar dejó claro que rechaza el despliegue de una fuerza multinacional en Gaza después de la guerra para mantener la seguridad hasta que se celebren elecciones legislativas y presidenciales.

Es decir, si Israel pensaba que al asesinar a Haniya Hamás se vería forzado a adoptar una postura menos beligerante contra la ocupación, la realidad ha demostrado que se equivocaba.

El nombramiento de Sinwar como líder político de HAMAS promete una mayor coordinación entre el movimiento de resistencia palestino y la República Islámica. En 2021, Sinwar expresó: “Contamos con cientos de kilómetros de túneles y miles de misiles. Si no fuera por Irán, no habríamos llegado hasta aquí. A diferencia de los países árabes, Irán nos ha proporcionado dinero, armas y experiencia. Los gobiernos árabes nos cerraron las puertas”.

Sinwar también relató una conversación con el general Qasem Soleimani: "Soleimani contactó al comandante de al-Qassam y destacó que Irán, los Guardianes de la Revolución y la Fuerza Quds están completamente comprometidos a defender Jerusalén y a preservar Al-Quds como la capital del Estado palestino junto a nuestro pueblo. Aseguró que toda nuestra fuerza y recursos están a su disposición en la batalla por defender Jerusalén, sin imponer condiciones ni fomentar formas específicas de resistencia. Puedo decir que me reuní con este hombre en 2012 durante mi visita a Teherán. Según lo que vi, ama a Palestina y a Al-Quds (Jerusalén), y valora todo lo que fortalece la resistencia de nuestro pueblo y nuestras familias”.

Con Sinwar ahora liderando tanto la oficina política como las operaciones en Gaza y Cisjordania, las negociaciones de paz parecen completamente descartadas. Como señaló Seyed Hasan Nasralá, “el futuro será determinado en el campo de batalla”.

Por Xavier Villar



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