Durante su discurso del domingo en el que anunció la Operación Día de Arbaín, en respuesta al asesinato del alto comandante de Hezbolá Fuad Shukr en el suburbio sur de Beirut (Dahiyeh) el 30 de julio, el secretario general de Hezbolá Sayyed Hassan Nasralá reveló que los dos objetivos principales del ataque de represalia fueron la base de Inteligencia Militar de Glilot, que alberga la Unidad 8200, una rama clave de la Dirección de Inteligencia Militar (Aman) israelí, y la base aérea de Ein Shemer.
El periodista libanés Abbas Fneish ofreció sus puntos de vista sobre la operación del domingo, al tiempo que refutaba las mentiras israelíes y revelaba cómo Hezbolá recuperó la disuasión contra el enemigo israelí.
Refutando las mentiras israelíes
En una entrevista con Al-Manar el lunes, Fneish describió la Operación Día de Arbaín como la “bofetada más importante contra “Israel””.
Fneish cuestionó la versión israelí que afirmaba que el ejército de ocupación había lanzado un supuesto “ataque preventivo” que precedió a la operación de Hezbolá.
“El ejército de ocupación israelí afirmó que había llevado a cabo 100 ataques en los que se neutralizaron 6.000 cohetes.
“Esta cifra contradice la lógica, ya que es demasiado exagerada”, dijo Fneish a Al-Manar, durante el programa de entrevistas Panorama de la Inundación de Al-Aqsa.
El periodista libanés también recordó las mentiras israelíes que se han propagado con respecto a las principales operaciones organizadas por la resistencia de Hezbolá desde 1982.
Frustrar los objetivos israelíes
Al elaborar sobre los acontecimientos que siguieron al ataque israelí que mató al comandante Shukr el 30 de julio, Fneish dijo que era necesario que la resistencia examinara los objetivos del asesinato. “La resistencia asumió que el objetivo era cambiar las reglas de combate y especialmente forzar a la resistencia a detener su apoyo a Gaza”, dijo, citando las presiones de EEUU sobre el Líbano representadas por las visitas del enviado estadounidense Amos Hochstein en las que dijo a los funcionarios libaneses que Hezbolá tenía que detener su frente de apoyo a Gaza.
“Los israelíes pusieron al Suburbio del Sur de Beirut (Dahiyeh) en el anillo de fuego, al apuntar al comandante que dirigió la lucha en este frente”, dijo Fneish, refiriéndose al comandante Shukr.
En este contexto, Fneish continuó diciendo que “la resistencia a su vez se fijó dos objetivos en un intento de torpedear los ojetivos israelíes del asesinato: seguir adelante con el frente de apoyo del Líbano e impedir que los israelíes cambien las reglas de combate”.
“Este no es un acto de venganza de naturaleza tribal, sino más bien una respuesta que apunta a neutralizar los objetivos del enemigo”, dijo el periodista a Al-Manar.
Plan de engaño
En primer lugar, la resistencia reanudó sus operaciones que se detuvieron durante dos días después del asesinato del comandante Shukr y desde entonces comenzó a preparar la represalia, según Fneish.
“La resistencia inicialmente tenía un banco de objetivos entre los cuales tenía que hacer su elección. Para hacerlo, tuvo que recurrir al engaño”, dijo.
“Tras el discurso de Sayyed Nasralá durante el funeral del comandante Shikr, en el que aseguró que la respuesta es inminente, Hezbolá se sumió en un profundo silencio, optando por su política de ambigüedad constructiva, negándose incluso a responder a las preguntas de los líderes políticos libaneses que se habían convertido en los interlocutores de los invitados extranjeros que intentaban conocer la naturaleza de la represalia”.
“El discurso de Sayyed Nasralá durante un servicio conmemorativo del mártir Shukr (casi una semana después de su asesinato) en el que el secretario general de Hezbolá habló sobre la Palestina ocupada del norte, dio la impresión de que la resistencia tomaría represalias en esta región y no estaba interesada en una guerra a gran escala”, añadió Fneish.
Preparativos para la represalia
El periodista dijo que Hezbolá intensificó entonces sus ataques pro Gaza “con el objetivo, entre otras cosas, de explotarlos en la operación de represalia”.
“Hezbolá vigilaba los movimientos del enemigo, especialmente en el espacio aéreo. Se evacuaron ciertas posiciones que corrían mayor riesgo de ser bombardeadas. Más aún, algunos ataques cualitativos a favor de Gaza engañaron al enemigo haciéndole creer que se trataba de la respuesta”.
“Pero sobre todo, la resistencia se benefició de la intensificación de las operaciones para llevar a cabo algunas maniobras con el fin de descubrir ciertos fallos israelíes y garantizar el éxito de la Operación Día de Arbaín”.
Fneish destacó, en este contexto, la gran importancia de los preparativos de Hezbolá, subrayando que las medidas de la resistencia libanesa se produjeron en un momento en que el enemigo israelí ejerce un control estricto en términos militares y de inteligencia sobre toda la región, y cuenta con el apoyo tanto de EEUU como del Reino Unido.
“A pesar de este control estricto israelí, la resistencia en el Líbano logró llevar a cabo 234 ataques a favor de Gaza entre el 1 y el 25 de agosto”, dijo el periodista a Al-Manar.
Prevención del ataque preventivo israelí
La semana anterior a la represalia de Hezbolá, continuó Fneish, el enemigo israelí tomó la iniciativa al llevar a cabo alrededor de quince incursiones en la Beqaa, “difundiendo el mensaje de que se trataba de un ataque preventivo”.
“En ese momento, la resistencia asumió tres posibilidades: “Israel” lanzaría una guerra a gran escala, ataques limitados contra objetivos limitados, o que el enemigo israelí había logrado conocer, mediante análisis o verificación cruzada u otros medios, la naturaleza de la respuesta”.
En este caso, Hezbolá consideró el tercer escenario y puso a prueba a los israelíes para ver si habían descubierto los preparativos de la resistencia libanesa, según Fneish.
En ese momento, los Medios Militares de Hezbolá publicaron un video titulado “Nuestros montajes… Nuestros almacenes”, en el que la resistencia libanesa mostró una formidable instalación subterránea de misiles Imad-4.
Volviendo al 29 de julio
Fneish aseguró que la Operación Día de Arbaín permitió que la ecuación de disuasión volviera a la situación que prevalecía antes del asesinato del comandante Shukr.
“En términos militares, existe la disuasión basada en las intenciones y la disuasión basada en la acción. Para restablecer el equilibrio de la disuasión, Hezbolá no necesita disparar 5.000 o 10.000 cohetes o misiles, no necesita alcanzar un objetivo estratégico o lo que sea. Todo lo que necesita es… blandir la amenaza de la fuerza”.
“En esta batalla, Hezbolá ha demostrado coraje en la toma de decisiones y en la ejecución, además de recordar los hitos clave desde 1982, los años 90, la liberación del sur del Líbano en 2000, la guerra de julio de 2006, la guerra de Siria y otras”.
La resistencia de Hezbolá ha demostrado que fue capaz de recuperarse rápidamente a pesar de la pérdida de tres de sus comandantes militares, incluido Fuad Shukr, subrayó Fneish.
“La resistencia devolvió la situación a la que era el 29 de julio, al despejar Dahiyeh del anillo de fuego, sin renunciar al frente de apoyo a Gaza”.
“El enemigo israelí se dio cuenta de que los ataques de Hezbolá contra estas bases israelíes son solo el mínimo de lo que puede lograr y que es capaz de hacer más”, concluyó Fneish.
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