En la Palestina ocupada, en Cisjordania, a los palestinos les ha sido despojado su derecho al agua. No tienen el vital elemento para regar sus campos, ni siquiera para cubrir sus necesidades básicas.
En las colinas del sur de Hebrón- Al Jalil y en el valle del río Jordán los palestinos sólo tienen acceso a 20 litros de agua por persona cada día.
Desde que Israel ocupó Cisjordania en 1967, todos los recursos hídricos están bajo control israelí, lo que hace que los colonos tengan acceso al 80 % de toda el agua.
La Organización Mundial de la Salud recomienda el acceso mínimo de 100 litros de agua por persona al día, los palestinos de Cisjordania tienen acceso a una quinta parte de esa cifra. Mientras los colonos israelíes utilizan grandes cantidades de agua para la agricultura intensiva, la comunidad palestina autóctona no tiene para regar sus campos ni para suplir las necesidades básicas en sus hogares.
El problema de la escasez de agua en los hogares palestinos no es un problema natural, sino político. La política de ocupación de Israel ni permite el acceso al agua a los palestinos, ni les permite la construcción de pozos o reservas de agua.
Según organizaciones internacionales, en Cisjordania Israel destruye un promedio de 90 pozos de
palestinos autóctonos cada año.
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