jueves, 25 de abril de 2024

Israel: ¿Merece el estatus de Estado paria?


Otro día amaneció en Gaza, y con él, una nueva tragedia. En Jan Yunis, continúa la desgarradora tarea de rescatar cuerpos de fosas comunes en los terrenos del Hospital Nasser.

El número de palestinos fallecidos supera los 34 000, mientras que 1,1 millones de personas en la asediada Franja de Gaza enfrentan niveles catastróficos de inseguridad alimentaria.

La comunidad internacional se encuentra en alerta máxima, temiendo una escalada regional después de que Irán respondiera el 13 de abril con una andanada de drones y misiles al ataque israelí contra el edificio consular iraní en Damasco el 1 de este mes.

A pesar de los llamados a la cautela de diversos actores globales, Israel persiste en una operación terrestre costosa en Rafah, donde se refugian cientos de miles de civiles. Comentaristas y figuras políticas han expresado que Israel se ha convertido en una “carga”, y sus líderes han “perdido” el rumbo.
Entonces, ¿no es hora de declarar a Israel como un estado paria?
La etiqueta de “estado paria” tiene una historia controversial, usada para denigrar a Estados vistos como contrarios a los intereses políticos occidentales. Si bien esta etiqueta refuerza la percepción de Occidente como una “fuerza para el bien”, también justifica el trato despectivo y el aislamiento de estos estados para evitar que perturben el orden público, desaten guerras y subviertan áreas enteras del mundo.

La ironía radica en que Israel, visto como un bastión de los intereses occidentales en Asia Occidental, muestra características propias de un estado paria. Ha violado sistemáticamente normas y leyes internacionales durante su guerra en Gaza.

El derecho internacional humanitario exige proteger a civiles, personal médico y trabajadores humanitarios en conflictos armados, y garantizar el paso de la ayuda humanitaria. Israel ha desoído estas normas, con un saldo alarmante de víctimas civiles y ataques a instalaciones médicas. La situación en Gaza es crítica, y la comunidad internacional enfrenta el desafío de tomar medidas concretas ante estos hechos.

Ya en enero, Oxfam International informó que la tasa diaria de muertes en Gaza era más alta que todos los demás conflictos importantes en el siglo XXI.

Las tácticas bélicas de Israel resultan indefendibles. Sus fuerzas armadas han reiterado los ataques contra instalaciones médicas en Gaza. A lo largo de la campaña, Israel ha llevado a cabo más de 900 bombardeos contra centros de salud, con un saldo de al menos 700 profesionales médicos fallecidos. Actualmente, tan solo 10 de los 36 hospitales operan de forma parcial en la Franja de Gaza.

Las autoridades israelíes han alegado que los hospitales en Gaza estaban siendo utilizados como bases militares por el movimiento de Resistencia palestino HAMAS. Este argumento fue la justificación oficial del prolongado asedio de Israel al Hospital Al-Shifa, la principal instalación médica y la más avanzada en el enclave.

Una vez que las fuerzas israelíes finalmente abandonaron el complejo, los testigos relataron escenas dantescas de “cabezas humanas devoradas por cuervos, restos corporales en descomposición y cientos de cadáveres amontonados y enterrados en fosas comunes”.

Las fuerzas israelíes también han arremetido contra trabajadores humanitarios. La comunidad global se indignó y condenó enérgicamente a principios de abril tras la muerte de siete colaboradores de la organización de ayuda alimentaria World Central Kitchen en un ataque israelí. Pero este incidente es solo uno entre muchos. Desde hace más de seis meses, Gaza se ha convertido en el lugar más peligroso para los trabajadores humanitarios, con cerca de 200 de ellos asesinados hasta la fecha.

En una flagrante violación de las reglas y normativas, Israel también ha obstaculizado el flujo de ayuda hacia Gaza, ignorando las advertencias de las agencias humanitarias sobre la inminente hambruna. Asimismo, ha atacado de manera sistemática a periodistas y personal de medios en Gaza, incluyendo a sus familiares, infringiendo el Artículo 79 de los protocolos adicionales de los Convenios de Ginebra que exigen proteger a los periodistas como civiles en zonas de conflicto. De hecho, el 75 % de todos los asesinatos de periodistas en 2023 tuvieron lugar en Gaza como resultado de la campaña militar israelí. Las fuerzas israelíes también han destruido por completo todas las universidades palestinas en Gaza.

Israel ha buscado activamente mantener el frente abierto con el movimiento de Resistencia Hezbolá en El Líbano. En el frente libanés, Israel, Hezbolá y otras facciones armadas se han enfrentado en más de 4700 ataques desde octubre de 2023 hasta marzo de 2024, siendo Israel responsable de la gran mayoría de estos incidentes. Estos enfrentamientos han cobrado la vida de numerosos civiles, incluyendo niños, así como de periodistas y personal médico.
Los números no mienten
Los números tampoco mienten. Resulta evidente que Israel se encuentra mayormente aislado en el ámbito de las votaciones en la Asamblea General de la ONU que buscaban un cese al fuego en diciembre pasado. Mientras 153 naciones votaron a favor de la resolución, solo 10, entre ellos Israel y EE.UU., se opusieron. En la última votación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) el 25 de marzo de 2024, 14 de los 15 miembros respaldaron la resolución que pedía un cese al fuego inmediato. Cabe resaltar que Estados Unidos optó por la abstención en lugar de utilizar su veto, una práctica común para frenar cualquier resolución que busque limitar las acciones de Israel contra los palestinos.

Israel puede mantener su comportamiento controvertido y su resistencia obstinada a las leyes, normativas y convenciones internacionales gracias a sus sólidos aliados como EE.UU. en el Occidente. Sin embargo, catalogar a Israel como un actor controvertido y tratarlo como tal es condición indispensable para cualquier medida punitiva que la comunidad internacional pueda adoptar frente a un país que ha violado durante 75 años los derechos de los palestinos con total impunidad.

Con naciones como Canadá, Países Bajos, Japón, España y Bélgica suspendiendo la venta de armas a Israel, se percibe que la naturaleza controvertida de Israel está siendo reconocida. Eventualmente, cabría esperar que respaldar a Israel se convierta en un problema demasiado grande incluso para EE.UU., allanando así el camino para la liberación Palestina.

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