Soldados israelíes evacuan a un colega herido en un helicóptero militar justo afuera de la valla que separa la asediada Franja de Gaza de los territorios ocupados.
El Ministerio de Asuntos Militares israelí dice que el número de soldados israelíes discapacitados ha superado la marca de 70.000 por primera vez, y añade que 8.663 soldados también han resultado heridos desde el inicio de la guerra en Gaza.
El informe revelado por la división de rehabilitación del ministerio israelí dice que el 35% de los heridos desde el inicio de la masacre de Gaza luchan contra problemas de salud mental, mientras que el 21% sufrió lesiones físicas.
El departamento espera una afluencia de aproximadamente 20.000 soldados heridos adicionales desde el comienzo del conflicto en curso hasta el final de 2024.
Un análisis de expertos reveló que aproximadamente el 40% de las personas que serán admitidas a finales de año pueden experimentar diversas respuestas psicológicas, como ansiedad, depresión, estrés postraumático, dificultades de adaptación y comunicación, etc.
La asociación médica israelí ha informado que más de 1.000 nuevos veteranos, hombres y mujeres, reciben tratamiento mensualmente en el departamento, y aproximadamente el 20% de ellos padecen reacciones mentales y trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Del número total de fuerzas de ocupación israelíes discapacitadas, incluidos soldados de todas las guerras israelíes, una parte significativa de 9.539 soldados sufren de trastorno de estrés postraumático y reacciones mentales.
El 7 de junio de 2024, un soldado militar israelí llamado Eliran Mizrahi se quitó la vida, después de que lo llamaran a regresar a la guerra mientras padecía trastorno de estrés postraumático y dos heridas.
Un estudio reciente realizado por investigadores afirmó en marzo que más de medio millón de israelíes corren el riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático tras el genocidio de Gaza.
A pesar de afrontar enormes sufrimientos, el ejército israelí persiste en su agresión contra Gaza, ignorando las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que exigen un cese inmediato de las hostilidades.
El régimen también desafía la orden de la Corte Internacional de Justicia de detener la invasión de Rafah e implementar medidas para prevenir el genocidio en medio de las terribles condiciones humanitarias en la Franja.
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