En un comunicado emitido el martes, el ejército del régimen sionista de Tel Aviv achacó a un error de los servicios de inteligencia la matanza de una familia de nueve personas, incluidos cinco niños, el pasado 14 de noviembre.
Las fuerzas israelíes bombardearon la casa de Rasmi Abu Malhous, al que consideraban un líder del grupo de Resistencia Yihad Islámica Palestina. La inteligencia israelí había “previsto” que “el ataque no afectaría a civiles”, subraya la nota.
Los israelíes pensaban que la casa era una base de Yihad Islámica, pero tras una intervención militar vieron que el objetivo bombardeado “no se trataba de una instalación militar cerrada y que en realidad allí había civiles”.
Se investigaron los errores del ejército y hay una serie de consejos para evitar que sucedan incidentes similares, dice la nota.
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