Miembros de las Brigadas al-Qassam aseguran un área antes de entregar los cuerpos de la familia Bibas (tres miembros) y Oded Lifshitz a los equipos de la Cruz Roja en la Gobernación de Khan Yunis, Franja de Gaza, el 20 de febrero de 2025. (Foto de la Agencia Anadolu)
El movimiento de resistencia palestino Hamás entrega al Comité Internacional de la Cruz Roja los cuerpos de cuatro cautivos israelíes, muertos en los ataques del régimen en la sitiada Franja de Gaza.
La entrega, parte del acuerdo de alto el fuego entre Hamás y el régimen de Tel Aviv, se llevó a cabo en Khan Yunis el jueves, y Hamás afirmó que la medida refleja su compromiso de consolidar el alto el fuego para una paz a largo plazo en el territorio palestino devastado por la guerra.
Según el movimiento, los cuatro cautivos, una madre y sus dos hijos y un periodista anciano, murieron en los ataques aéreos israelíes durante la guerra genocida que duró 15 meses y que mató al menos a 48.284 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, en el pequeño territorio costero.
"A las familias de Bibas y Lifshitz: hubiéramos preferido que sus hijos regresaran con vida, pero su ejército y los líderes de su gobierno decidieron matarlos en lugar de traerlos de vuelta", dijo Hamás en un comunicado.
"Mataron a 17.881 niños palestinos en sus bombardeos criminales de la Franja de Gaza, y sabemos que ustedes saben quién es el verdadero responsable de su partida. Ustedes fueron víctimas de un liderazgo que no se preocupa por sus niños".
Hamás afirmó que el ejército israelí mató a los cautivos bombardeando sus centros de detención y que el régimen del primer ministro Benjamin Netanyahu tiene plena responsabilidad después de obstruir repetidamente el acuerdo de intercambio.
"El criminal Netanyahu llora hoy sobre los cuerpos de sus prisioneros que le fueron devueltos en ataúdes, en un flagrante intento de evadir la responsabilidad por sus asesinatos frente a su público".
Hamás afirmó que hizo todo lo posible para proteger a los prisioneros y preservar sus vidas, "pero los bombardeos bárbaros y continuos de la ocupación les impidieron salvar a todos los prisioneros".
El sábado, Hamás dijo que también liberaría a seis cautivos más vivos a cambio de cientos de prisioneros palestinos, entre los que se incluyen la mitad de las mujeres y niños secuestrados por el régimen ocupante durante el genocidio.
La entrega se produjo apenas un día después de que el movimiento de resistencia anunciara que está listo para liberar a todos los cautivos israelíes en un solo intercambio durante la segunda fase del acuerdo de tregua de Gaza.
"Hacemos hincapié en que el intercambio es la única manera de devolver a los prisioneros con vida a sus familias, y cualquier intento de traerlos de vuelta por la fuerza militar o el regreso a la guerra sólo resultará en más pérdidas entre los prisioneros", dijo Hamas en su declaración del jueves.
Israel y Hamás están actualmente en el proceso de implementar la primera fase de la tregua, que comenzó el 19 de enero. Desde entonces, 19 cautivos israelíes han sido liberados a cambio de más de 1.100 palestinos.
Tras la finalización de la primera fase, 58 prisioneros permanecerán en Gaza. El ejército israelí afirma que 34 de los prisioneros restantes están muertos.
Antes de la operación de inundación de Al-Aqsa en octubre de 2023, aproximadamente 5.200 palestinos estaban recluidos en cárceles israelíes. Según funcionarios palestinos, esa cifra ha aumentado desde entonces a más de 10.000.
La entidad ocupante no logró sus objetivos declarados de liberar a los cautivos y eliminar a Hamás a pesar de haber asesinado al menos a 48.284 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, en Gaza.
El alto el fuego se divide en tres fases, cada una de las cuales durará 42 días. En la primera fase, que está en marcha actualmente, se liberará a 33 cautivos israelíes a cambio de unos 2.000 detenidos palestinos recluidos en cárceles del régimen.
A pesar de que Hamás se ha comprometido plenamente con el acuerdo de alto el fuego, Israel ha restringido el envío de ayuda humanitaria, incluidos refugios, y ha bloqueado la entrada de maquinaria pesada a la franja sitiada, lo que dificulta la limpieza de escombros de la infraestructura destruida.
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