jueves, 12 de septiembre de 2019

El sionismo no da cuartel: Israel se prepara para asestar un nuevo golpe


Por Denis Lukyanov

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró el pasado 10 de septiembre que, en caso de ganar las elecciones generales, su país se anexionará el Valle del Jordán, una zona en Cisjordania que de iure pertenece a Palestina. El exconsejero de Netanyahu, Benny Briskin, analizó en un comentario a Sputnik las declaraciones de su antiguo jefe.

El Valle del Jordán es un territorio de Palestina adyacente a Jordania que, a partir de 1967, como consecuencia de la guerra de los Seis Días, pasó a ser controlado por Israel. Si bien quedó como parte del Estado palestino, en el valle se crearon numerosos asentamientos judíos. No es ninguna sorpresa, por lo tanto, que en Israel haya quienes aboguen por anexar esta zona.
Benjamín Netanyahu lo sabe perfectamente y recurre a este tema porque pronto, concretamente el 17 de septiembre, el país hebreo celebrará las elecciones generales preliminares y el primer ministro quiere que el partido que encabeza —Likud— se haga con el mayor número de escaños en el Knéset —Parlamento israelí—. Si logra la mayoría, esto le permitiría formar la coalición gobernante.

"Está claro que a Netanyahu le gustaría incorporar esos territorios, porque la idea cuenta con bastante aprobación en la sociedad israelí. Una parte de la población considera que la Valle del Jordán es parte de Israel. En consecuencia, la soberanía sobre esta zona ya no parece algo paradójico", explicó a Sputnik el exconsejero de Netanyahu.

Si bien es posible que el primer ministro baraje de verdad anexar estos territorios, a la mayoría de los expertos les parece que no es más que un mero truco que el jefe del Gobierno emplea pocos días antes de la celebración de los comicios.
Ola de indignación
Netanyahu es un político de la derecha y de alguna manera debe comprobar su imagen a los votantes. Quiere evitar que el voto se divida entre otros partidos del espectro conservador. Al mismo tiempo, sabe que no logrará hacerse con el voto de los seguidores de los partidos de centro, así que opta por escorarse hacia los votantes de la derecha. Este tipo de declaraciones es para contentarlos, aseveró Briskin.

Los políticos que tienen sentido común coinciden en que será imposible alcanzar un acuerdo de paz entre los palestinos y los israelíes en las décadas venideras si el primer ministro israelí se atreve a incorporar dichos territorios", prosiguió.

Según Briskin, cualquier acción unilateral de este tipo por parte del país hebreo puede causar una ola de indignación no solo en las autoridades palestinas, sino también en las de algunos países árabes. En realidad nadie en Israel está preocupado por las posibles consecuencias, puesto que entienden que no hay ninguna amenaza real para el país hebreo: los que están en contra se limitarán a la retórica del descontento.

"Pero para llevar a cabo la incorporación de estos territorios, se requiere coraje político. Muchos integrantes de la derecha israelí dudan de que Netanyahu disponga de esta cualidad. Creen que es un hombre con experiencia, que ha permanecido demasiado tiempo en el poder, y no va a dar pasos tan bruscos", manifestó.

Destino de las colonias judías en Palestina
En Israel hay actitudes bastante diferentes respecto a Cisjordania. Los conservadores israelíes consideran que el establecimiento del control sobre la zona en 1967 fue un acto de liberación, mientras que entre los progresistas hay quienes creen que dicha zona está ocupada.
En los asentamientos hebreos en Cisjordania viven más de 400.000 israelíes desde hace décadas y ya hay dos o tres generaciones que han estado toda su vida en estas colonias. Esta es la razón por la que nadie en Israel baraja en realidad la posibilidad de desmantelar estos asentamientos. Algunos de los partidarios de la izquierda plantean retirar algunas de las colonias, pero no todas.

"Esta cuestión ya está resuelta en Israel. En cualquier caso, los asentamientos de colonos hebreos en Cisjordania permanecerán. Cualquier acuerdo sobre este territorio debe tomar en consideración este hecho. Tarde o temprano Israel deberá expandir su soberanía hacia estos asentamientos", dijo el entrevistado.

Briskin cree que no habrá consecuencias graves después de la incorporación de estos territorios.
¿Amenaza real?
Las declaraciones de Netanyahu representan una amenaza real. Se trata de un gran plan que fue elaborado por él mismo en cooperación con los habitantes de los asentamientos judíos en Cisjordania, aseveró el analista palestino especializado en asuntos israelíes Said Basharat.

"La reciente visita de Netanyahu a Cisjordania y a la Tumba de los Patriarcas en Hebrón es el primer precedente de este tipo y confirma que Cisjordania es el siguiente objetivo de la anexión israelí", indicó.

El Valle del Jordán tiene importancia estratégica, porque es una altura desde la que es posible observar el territorio de Siria, Jordania e Irak. Esto significa que el valle se convertiría en la primera línea de defensa de Israel en caso de un supuesto ataque por parte de Siria o Irak.
Las declaraciones del primer ministro israelí forman parte de la campaña electoral, dado que la derecha se enfrenta a numerosos retos, dijo a Sputnik el presidente del Comité para Asuntos Extranjeros del Parlamento de Jordán, Nidal Taani.

"Esta es la razón por la que se ha anunciado la anexión de los Altos del Golán, se ha proclamado que Israel es un Estado del pueblo hebreo y se ha informado sobre el aumento de la cantidad de asentamientos cancerosos", agregó.

Declaraciones como estas impiden el proceso de paz, especialmente en el contexto de las propuestas de firmar una paz económica entre Palestina e Israel. Pero la economía no puede caminar al margen de la política, concluyó el entrevistado.

Para colmo, Netanyahu afirmó este 12 de septiembre que, probablemente, Israel no tendrá más opción que lanzar una nueva ofensiva contra la Franja de Gaza.

La retórica del primer ministro israelí parece coincidir cada vez más con los objetivos del movimiento sionista, que lucha por el establecimiento de un Estado judío en la antigua Tierra de Israel, lo que incluye al territorio de Palestina. Todavía no está claro si Netanyahu cumplirá con sus promesas.

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