JERUSALÉN (Sputnik) — El embajador de EEUU en Israel, David Friedman, y el enviado de la Casa Blanca a Oriente Medio, Jason Greenblatt, ayudaron a derribar un muro para trazar una controvertida ruta arqueológica que recorre el subsuelo de un barrio palestino de Jerusalén Este, la zona de la ciudad ocupada por Israel, en una ceremonia inaugural.
"Si había alguna duda sobre la exactitud, la sabiduría, la propiedad del presidente [de los Estados Unidos] [Donald] Trump por haber reconocido Jerusalén como la capital de Israel, esto despeja todas las dudas", dijo Friedman antes de unirse a autoridades israelíes para derribar de forma simbólica el muro que atravesaba el Camino de los Peregrinos (judíos).
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Con este nombre se denomina una escalera subterránea que presuntamente sirvió como arteria principal para los judíos que iban al Monte del Templo (nombre que los judíos dan a la Explanada de las Mezquitas).
Los arqueólogos han estado excavando durante los últimos ocho años en el Parque Nacional de la Ciudad de David, en el barrio palestino de Silwan, donde se han instalado diversos colonos judíos.
La ceremonia provocó duras críticas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), así como de varias ONG israelíes de izquierda, que afirmaron que la apertura del camino afianzaría aún más la presencia israelí en las partes orientales de la ciudad, que los palestinos esperan que algún día sirva como su capital.
El principal negociador palestino y secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, tuiteó que Friedman, que antes de convertirse en embajador contribuyó a expandir las colonias judías en territorio palestino, es "un colono extremista israelí".
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La milenaria ruta une la piscina de Siloé, en los aledaños de la ciudad amurallada, con su interior, en la Explanada, un recorrido que se encuentra en la zona este de la ciudad, anexionada unilateralmente por Israel.
La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, rompió el consenso internacional en 2017 al considerar Jerusalén como capital israelí.
Poco después, trasladó a la ciudad santa la embajada de EEUU en Israel, que antes estaba en Tel Aviv, algo que va contra de las resoluciones de la ONU.
Decenas de israelíes de grupos pacifistas protestaron en Silwan, donde los vecinos han denunciado deslizamientos de tierras y daños en sus viviendas por los trabajos arqueológicos de Israel.
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